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jueves, 9 de mayo de 2024

DIETA DE LA MILPA PARA MIS GORDOS… ¡MIAU!

 

 


   He reflexionado mucho sobre el enorme, gigantesco, descomunal o mastodóntico problema que existe al interior de mi mansión y que es directamente proporcional al tamaño de muchos de los que viven en ella.   Yo soy el menos gordito de todos los habitantes de este, mi palacio, pues casi no como durante el día. 

  Si bien mi secre lleva más de un año siguiendo una dieta baja en proteínas, no se ha logrado que reduzca un kilo y es que ella, amorosa, grande y corpulenta, amaga y arrincona a través de la implementación de una estrategia eficaz en extremo: lengüetea y da manotazos cariñosos y anhelantes a mi gordis y al marqués hasta que, desesperados por liberarse y sin opciones de escape, “doblan las manitas”.

   Hace unos días recibí un mensaje de nuestra tía juarense en el que nos informó sobre la existencia de la llamada “Dieta de la milpa”, de la que ya había escuchado.

   Resulta que esta dieta se basa en la ingesta de los productos de la milpa. “Mmmh! Es una buena opción, maíz, trigo, frijoles, lentejas, chícharos, chiles, verduras, legumbres y aceite de oliva, descartando el vino, pudieran servir.  Voy a buscar más sobre esa dieta”, pensé hace días.

   Hoy desperté temprano, muy acalorado y apretado, pues mis hermanos vinieron a dormir a mi amplísimo colchón que no nos fue suficiente en relación al espacio, de verdad que me sentía como si fuese una sardina dentro de una lata.  Asustado, abrí mis enormes y expresivos ojos tomasinos, estaba sofocado por el calor y la falta de aire, mis pulmoncitos estaban a medio llenar porque la proximidad de mis hermanos impedía mi expansión abdominal; afortunadamente y gracias a la velocidad de mis reacciones, “eché mano” de la flexibilidad característica de mi especie, me incorporé y di un salto al piso.

   Una vez que mis patitas tocaron el fresco mármol, giré para mirar hacia mi colchón y observé cuán inflados están todos.  La verdad, me asusté mucho y decidí bajar a mi oficina para buscar sobre la dieta de la milpa, pues a todos nos encantan las garnachas.  “Yo creo que si mis hermanos, mamá y Tere se deleitan con un buen sope, una quesadilla, un tlacoyo, una tostada, serán felices mientras bajan de peso”, pensé con ingenuidad, pues ninguno de ellos se conforma con una sola pieza. 

   Permanecí largo rato pensando y encontré la solución: Primero indicaré a mi gordis y al marqués que preparen un menú en el que, de entrada, haya pepinos, brócoli, lechuga o cualquier otro alimento vegetal fresco, que se sirva mucho a cada uno; luego, una de las garnachas sin dorar y para finalizar, una fruta de temporada.  No habrá más que agua simple o de frutas sin azúcar y listo”, pensé con gran ilusión. De pronto, mi peluda y redonda cabecita tuvo una agitación, un recuerdo.

   Mi gordis me platicó que cuando trabajaba en la escuela de educación especial, en la calzada Vallejo, cerca de la escuela en la que laboraba, había un enorme puesto en el que se vendían toda clase de alimentos de la milpa, además de tacos de bistec con papas.  Ella acudía regularmente e ingería diversos productos preparados por las personas que atendía con diligencia las solicitudes de los comelones.

   Una ocasión, sir Gerald, quien había expresado que era una tragona, hizo una apuesta con ella.  “Vamos a ver cuánto puedes comer, si puedes engullir más que yo”.  Tere, animada por la competencia, logró ingerir cuatro gorditas de chicharrón y entonces se convirtió en la campeona.

   Opino, creo, ideo que la dieta de la milpa será efectiva si y sólo si se incorpora otra variable, la moderación.

    

 Espero con todo mi felino corazoncito que esta modalidad de alimentación sea efectiva para el bien de todos… ¡MIAU!

 

Mis agradecimientos estóicos.

   Agradezco a todos mis seres queridos, los que están y los que ya trascendieron, por los recuerdos construidos en compañía; agradezco a mis mascotas por ser parte de mi vida; agradezco por la comida de hoy, que no se basó en la dieta de la milpa, jeje; agradezco por continuar aquí y agradezco por este día.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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