No hay ruido, no tengo sueño y es de
madrugada. En los felinos como yo, el sueño se caracteriza por
ser amplio, duermo durante el día y la noche, pero no he podido conciliarlo
desde hace algunos días.
Pienso y vuelvo a pensar: ¿Qué es lo que me
preocupa, qué me causa ansiedad, por qué no puedo dormir plácidamente como
antes?
Me revuelvo en mi cama, le digo a mi mami
que me abrace, doy vueltas y más vueltas, ablando mi colchón, pero nada. No logro dormir, pongo mi mente en blanco
pero las ideas fluyen en forma vertiginosa: recuerdo eventos, imagino sucesos,
siento apetito, me dan ganas de correr, de trepar en el closet, de subir al
librero, imagino que voy a pasear…
Yo creo que debo hacer un ejercicio de respiración
y relajarme, así que lo intento, pero es inútil. Leí que el lugar donde una duerme no debe
tener otra finalidad y resulta que ahí, en la recámara, tengo la televisión,
libros, estambre, muñecos y a mis mamis.
¡El lugar no es sólo para descansar!
Debo decir a mi mamá que mueva los muebles, que disponga un sitio que
sea exclusivo para dormir. ¡MIAU!
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