Páginas

sábado, 17 de diciembre de 2011

PAPI, TE NECESITAMOS


   Me encanta escuchar platicar a mis papás, ambos son cultos pero, les confieso, mi papá sabe mucho más que mi mami.  Cuando lo oigo hablar, me embeleso y, de hecho, copio muchas de las cosas que él dice y  hago también lo que me recomienda.  ¡Miau!, ¡Cuán difícil es decir lo que él representa para mí y para mi mami!  Él es nuestra guía,  nuestro refugio, es como el sol en nuestras vidas. 
   Ahora está delicado, se ha abandonado.  No quiero pensar que ya no nos quiere, aunque existe esa posibilidad porque, cuando una persona  ama a los suyos, no se abandona sino al contrario, procura cuidarse para vivir muchos años al lado de quien les ama.
   Yo llegué a la vida de mis papis de manera abrupta, no me esperaban hace nueve años y ellos tenían ya siete de haberse unido.  Desde ese momento, he vivido al lado de ellos grandes aventuras, enormes alegrías y algunos sinsabores. 
   Desde hace unos días, he notado a mi mami muy triste y a él, debilitado.  Me pregunto si no hay algo que yo pueda hacer para remediar el dolor de ambos, quiero que todo vuelva a ser como antes, como cuando charlaban animosos y veían el futuro como algo intangible pero cierto.
   Ahora, con este frío decembrino, me acurruco en mi rincón, lloro de tristeza y reflexiono: “Por qué mi papi no desea curarse?  Por qué prefiere que termine todo cuando la vida que llevamos es linda?  Por qué si hay aún tanto por vivir?  Si cada mañana sale el sol, si a diario se reinicia una nueva posibilidad?”.
   Papi, te suplico que NO NOS DEJES, NO NOS ABANDONES, NO TE DEJES Y NO TE ABANDONES.

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario