Mi gordis me ha platicado más sobre nuestro amadísimo sir Gerald. Me dijo que cuando trabajaron juntos en una escuela de educación especial, él construyó con materiales de desecho que estaban abandonados en la parte trasera del Plantel, un circuito para que los niños lo recorrieran realizando diferentes movimientos. Había, me dice, una escalera, una resbaladilla, unas colchonetas y unas llantas.
Gran parte del material fue construido con mesabancos que se hallaban en la parte trasera del edificio escolar.
La creatividad e inventiva de sir Gerald fue inmensa, con muebles arrumbados, expuestos a la intermperie construyó espacios funcionales y divertidos para los niños. Utilizó, además, cosas que sí había en el salón de Tere, fueron las colchonetas, las llantas y un mueble en el que se guardaba material para la estimulación de los niños.
Yo quedé fascinado. Sé que sir Gerald era muy fuerte y creativo, de hecho, él contribuyó en el mejoramiento de mi palacio, puso las cámaras, acomodó la lavadora y el librero, nos salvó de una fuga de gas, instaló programas que le sirven a mi gordis para escuchar lo que escribe y, ya con la secuela del infarto cerebral, adaptó una hoja de Word en color negro para que a ella no le costara mucho trabajo ubicar las letras en la pantalla.
Parpadeé lento, hice “ojitos” hacia el cielo porque, estoy seguro, ahí está él, al tiempo que le dije sin palabras “sir Gerald, tú eres la inspiración para muchos superhéroes” y lancé un maullido lleno de amorosa admiración.
Ahora que ya no está con nosotros, nos enorgullece confirmar que él fue y es un hombre sumamente generoso y que se preocupó por nuestro bienestar desde hace muchísimos años.
No cabe duda que sir Gerald fue un paladín para todos los habitantes de mi palacio y para los niños, padres y demás clientes a quienes tocó con su magia… ¡MIAU!
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