Hacía algunas semanas que los homínidos no practicaban su festejo tribal. Yo me sentía tranquilo y creía, ingenuamente, que habían evolucionado; olvidé que el proceso de evolución es bastante lento, así que ya estoy resignado.
Resulta que anoche, desde temprano, a eso de las 19:00 horas, dio inicio el ruido que penetra en otros dominios, no digo que no sean felices y celebren conforme a sus rudimentarias costumbres, pero sí deben tener en cuenta que hay más seres en el mundo y que, ante todo, debe privar el respeto.
Bueno, pues anoche nos fuimos a dormir con dos pesares y una esperanza; hablaré primero de los pesares: el calor y el ruido. Mi gordis nos recomendó que cambiásemos de habitación y nos fuimos a la más pequeña, así que dormimos todos juntitos, perdón, no dormimos sino pasamos la noche, cosa que no me agradó mucho porque estoy acostumbrado a mi enorme y mullido colchón, además mi Tere cerró ventanas y puertas para que no entrara tanto estruendo que dio fin a eso de las 4:00 a.m. El calor, el segundo factor de nuestro pesar, era terrible y el sol penetró a través del ventanal, así que nos tuvimos que levantar desde temprano.
Nos arreglamos para que mi gordis cumpliera con su obligación ciudadana, que aún no comprendo, pues ella forma parte de mi séquito real. Cumplir con las obligaciones es lo que nos da esperanza y es de lo que comentaré ahora.
Dos amigas igual de lindas, agradables y cariñosas, Rosalba y Rosina, fueron quienes brindaron el apoyo a mi Tere, que tiene la vista gorda. Ya estábamos listos para acompañar a la tragona gordis, pero no cabíamos en el vehículo y no por falta de espacio, sino porque dentro había una verdadera fiera, un perrito ladrador llamado
Oliver.
En otra circunstancia yo me habría impuesto, para eso soy rey. Sin embargo, el cansancio provocado por los trogloditas vecinos me volvió obediente. Di instrucciones a mi Tere “No vayas a pelear ni a discutir, pórtate bien, da las gracias, no te molestes si no dicen bien tu nombre”. Y así fue, porque cuando regresó estaba satisfecha, sobre todo porque, me aseguró, los primitivos son pocos. “Mira, Tommy, estuvo muy bien todo, las personas nos tratamos con respeto y cordialidad; hay esperanzas para el imperio”.
Yo así lo creo, lo único que sí me encantaría cambiar es a los personajes que motivaron mi desvelo de anoche… ¡MIAU!
NOTA URGENTE. Hoy es el cumpleaños de mi tía Marce, le enviamos un fuerte abrazo y un beso lleno de amor.
Mis agradecimientos estóicos.
Agradezco a mis seres queridos, los que están y los que ya trascendieron, por la motivación cotidiana que representan para mí; agradezco a mis gemelas amigas por el apoyo que me brindaron para ejercer mi voto; agradezco a mis mascotas por todo su amor y compañía; agradezco a la vida por dejarme continuar aquí y agradezco por este día.
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