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jueves, 15 de diciembre de 2011

RRRRRRRRRRRRONRONEOS DE TERNURITA…


   Bueno, creo que por fin estoy preparada para escribir de nuevo, hace un rato estuve  acostada en lo más alto del closet,  ronroneaba mientras pensaba cómo les podría platicar lo que escuché la noche del viernes.  Rrrrrronroneaba e imaginaba, así es que  ahí les voy.
   El viernes por la noche, aunque aún no estaba oscuro, llegó mi mami.  Venía  conmovida, no supe por  qué y me limité a correr hacia la mesita y esperar a que me diera mis botanas,  luego, como siempre, como siempre, salí al patio.  Ahí  olvidé  el estado  de mi mamá, pues yo disfrutaba el fresco de  la noche, su oscuridad y sentí cómo se abrían mis pupilas, mmmh, estaba feliz.   Al cabo de un rato, la escuché llamarme, era hora de entrar a la casa y cenar, ¡Mmmh, qué rico!

   Cuando mis mamás estaban  a punto de dormir, escuché a mi mamá decir:
--Hoy fue un día espectacular,  ese Jorge es un amor.
--¿Sí?—peguntó mi otra mamá, con la intención de escuchar la razón.
--Sí, fíjate que hoy me preguntó si me pagan para que los quiera.  Me desconcertó la pregunta, pero le dije: “No, a mí me pagan para que les ayude a aprender.  Si  te quiero es porque eres buen niño, eres adorable y estás pequeñito”  Entonces él me contestó: “Pequeñito, no.  Ya tengo 8 años”.
   Mi mamá se volvió a conmover,  comentó que se trata de un niño que no vive con sus padres.  Después agregó:
--¿Por qué me preguntó eso?  Creo que debí indagarlo.
--Sí, pero eso será el lunes.
--Yo quería cambio de escuela.  Ahora, después de haber  visto la imagen que tiene Jorge de sí mismo, no sé.  Tal vez me quede.

   Yo, Ágata, la más consentida y apreciada de la casa, no pude comprender  lo que expresó mi mamá.  ¿Por qué los niños no viven con sus padres?  ¿Por qué le preguntó a mi mami si le pagaban para quererlo?  ¿Cómo le expresan el afecto sus padres?  ¿No lo abrazan y lo besan?  ¿No le dicen palabras dulces?

   Quedé dormida de tanto pensar,  en mis sueños conocí a Jorge, un niño de 8 años que era travieso, moreno, inteligente pero vivía abandonado, entonces yo llegaba a su rescate.  Yo,  con  un tapete debajo de mis patas, podía volar y llegaba hasta su casa, lo sacaba y nos íbamos a vivir a un lugar en el que estaban todos los niños abandonados del mundo con mamás que los querían, tal y como me quiere mi mamá.  


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