Esto de hacerse de
la vista gorda se refiere a hacerse el disimulado, como lo hago yo cuando tiro
algunos objetos de los muebles, pero los ciegos generalmente son muy
cuidadosos. Lo menciono porque mi mamá
no hace honor a su condición… Tal vez es porque aún ve un poco o a lo mejor,
siempre ha sido un verdadero desastre…
Cada que inicia
un ciclo escolar, ella se propone hacer bien las cosas, la veo con ternura
porque bien sé que le será difícil, casi imposible lograrlo. La observo frente a la computadora, haciendo
formatos, escribiendo textos, ordenando sus archivos y yo suspiro…
Como lo comenté
hace tiempo, se acerca a los 48, es decir, cuatro veces seis; lleva veinte años
de intento, como quince kilos de crecimiento y: ¡¡¡NO LO CONSIGUE!!! Lo peor, es que se apodera de mi compu, la
ingenua cree que con eso llegará a ser ordenada…
No me atrevo a
darle consejos porque se puede ofender, es tan quisquillosa como yo, pero yo sí
soy un estuche de monerías porque yo tengo un lugar para cada cosa y para cada
actividad. Por ejemplo, yo bebo agua
sólo en un lugar, lo mismo que tengo un sitio para tomar el sol, para asomarme
y ver hacia afuera, para hacer mis necesidades fisiológicas y mi barda para ver y aspirar el aroma de la calle con sus árboles, sus flores, su humo además de escuchar el ruido y el trinar de los pajaritos.
Para reflexionar
hay varios sitios, eso sí, porque en cualquier librero, closet, mesa buró o lugar alto que me encaramo me pongo a
pensar acerca de las cosas, los sucesos, las personas, los animales, los
colores, los alimentos, los olores…
Bueno, pienso en tantos, tantos temas, que me duele la cabeza. En eso soy tan diferente a mi mami, la pobre
solamente recapacita momentáneamente acerca de lo inmediato, lo urgente, lo que
debe solucionar al momento. En fin.
Solamente espero
que ahora sí se vuelva ordenada y haga esfuerzos para que no de palos de ciego. ¡MIAU!
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