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viernes, 29 de noviembre de 2013

QUÉ NOS DEPARA EL 2014? ¡MIAAUUU!


  A mí, que soy linda, erudita, genial, que destilo sabiduría y elegancia a cada paso que doy, me disgusta hablar del futuro.  Mi mami, que es una gordita amargosa –aunque a decir verdad, se transforma ante mi presencia pues le impregno dulzura--, dice que nada bueno.  Yo no entiendo mucho de eso, porque soy una reina y no tengo que batallar con las preocupaciones mundanas.  Sin embargo, en estos días de tanto frío me he dado a la tarea de reflexionar acerca de la vida cotidiana de los mortales que viven a mi alrededor.
    La escuché decir que seguramente  desaparecerá la Educación Especial como subsistema del Sistema Educativo en el 2014 y que serán absorbidas por la educación básica.  Le he dado muchas vueltas a la frase, no comprendo cómo podrán absorberlas… Me pregunto si tendrán aparatos enormes, algo así como  aspiradoras gigantescas y con una gran potencia para que quepan todas las personas que trabajan en educación especial…

   Bueno, el caso es que parece que de todas las reformas, que más bien yo calificaría de atropellos que se han dado en los últimos meses, este es uno de los más terroríficos.  ¡Acaso creen que con desaparecer la educación especial, esa que se creó para responder a las necesidades de  educación específica a personitas y personotas que poseen peculiaridades tales como la disminución o carencia de audición, la imposibilidad de movimientos ligeros y ágiles, la poca o nula visión, la falta total o parcial de razonamiento, etc., sus deficiencias se extinguirán?  O, por el contrario, suponen que los maestros, todos, pueden adquirir las herramientas para dar educación específica a estos individuos  con las diferentes modalidades de comunicación? ¡RRR! ¡MIAU!
   Estuve revisando documentos, de esos que tiene mi mami en la computadora.  Leí acerca de la discapacidad, de los diferentes modelos educativos dirigidos a la habilitación o rehabilitación de los sujetos que sufren alguna deficiencia de forma congénita o adquirida y de la forma en que pueden compensar sus déficits.  Bueno, es largo y tortuoso el camino que debe transitar una persona con discapacidad para compensar su desventaja, pero pueden lograrlo si reciben una atención específica, por eso creo que la educación especial debería continuar como tal, dando a cada quien lo que necesita. 
   Si los popotes  gigantes absorbieran a los maestros de educación especial, las cosas se tornarían caóticas.  Pienso que serían esfuerzos inútiles los que se harían en las escuelas para hacer que todos los niños aprendieran con diferentes códigos, es decir, no me cabe en mi peluda y negra cabecita cómo una maestra podría enseñar a leer a los alumnos con buena o regular visión, al tiempo que maneja el sistema braille para un ciego y el sistema ideográfico a un alumno con parálisis cerebral… ¡MIAU!  

   Supongo que lo mejor sería, en primer lugar, dar las herramientas básicas a los niños que sufren alguna discapacidad para que puedan ser independientes en el proceso educativo, me refiero a la utilización de los sistemas de comunicación tradicionales y a los tecnológicos, pero resulta que en ninguna escuela hay computadoras que tengan configuraciones para ellos.  Es más, muchos profesores desconocen esta posibilidad.  ¡MIAAAAUUUUU!  Es verdaderamente alarmante, tanto como el hecho de que las diputadas jóvenes salgan en revistas para mostrar sus atuendos provocativos, como que los diputados y senadores tengan años y años en las Cámaras y no hagan sino despacharse con cuchara grande a costa de nosotros, porque yo también sufro los estragos de las disposiciones  aprobadas –mi alimento cuesta más--, de la omisión que hacen los gobernantes a las necesidades de seguridad –ya no salgo en las noches--, de la arrogancia insultante de muchos políticos.  ¡Por eso no me gusta pensar en el futuro! ¡SNIF! ¡MIAAUUU!

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