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sábado, 6 de febrero de 2016

¡QUÉ TRASNOCHADA ES MI MAMI!... ¡MIAAUUU!



   Siempre es lo mismo con ella.  No sé a qué se deba y eso que soy sabia… A mí me encanta dormir, eso me ayuda a mantenerme joven y bella porque dormir es alimento para mí y el reposo me mantiene alejada de sobresaltos.  Tal parece que a mi mami eso ya no le interesa, porque siempre que quiero dormir me dice: “Adelántate, voy a calentar mi agua” o inventa cualquier otro pretexto y se queda hasta altas horas de la noche…  “Como está viejita, tal vez ya no necesita dormir tanto”, reflexiono… “Sí, seguramente es a eso a lo que se debe, pero además, es muy desconsiderada.  Cuando yo estoy extendida, reposando mi peludo y terso cuerpo sobre el colchón, llega y me dice: “Ágata, hazme un lugarcito”.  Yo me hago la dormida, me pongo más pesada y lanzo un maullido casi inaudible, para que se entere que me incomoda.
   Otros que me molestan son mis admiradores que viven en la casa contigua, cada noche me dan serenata… Yo intento decirles que no me conquistarán con su música ni sus voces, pero no entienden.  Creo que los debo tener totalmente hechizados con mi elegancia y la negrura de mi pelo…
    El descanso es una actividad necesaria para todos los seres vivos, cuando dormimos nuestro cerebro descansa a través de los sueños y eso nos ayuda a ser más inteligentes, como yo.  Pienso que a eso se debe que veo cada vez más torpe, más lenta, más desatenta y desmemoriada, además de arrugadita a mi mami. ¡MIAU!


    

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