Estoy a punto de
enloquecer, verán, siento que mi hermosa cabellera oscura y sedosa se eriza,
que cada cabello se me engrosa cuando veo a cualquier sujeto que hay en mi
mansión, incluso, a mi antes adorable mami.
Este fin de semana fue, como casi todos, ¡HORROROSOOOO! Y pensar que aún
no termina… ¡SNIF!
Rememorando, estoy
segura que todo comenzó con las benditas vacaciones de Semana Santa. Ahí fue cuando inició todo mi calvario: dejé
de ser la predilecta de mi mami, se olvidó casi de alimentarme, cargarme,
hacerme cariñitos y comenzó a dividirse más; los canijos gatos que irrumpieron
en mi hogar y los tres cachorros humanos, que están aquí, me provocan mucho estrés. Me siento tensa, molesta, ansiosa, temerosa y
estoy constantemente a la defensiva. Hoy
fue un día difícil en especial, no sé qué les ocurrió a todos.
Primero, lo del tal
Trotsky que se salió a la calle, luego Ariel que se desvaneció y mi mami
gritaba como loca su nombre y, para rematar con mis delicados y sensibles nervios,
los pleitos entre los cachorros y los adultos… ¡Ah! Se me olvidaba, también se
extravió una de las integrantes de esta familia humana durante ocho horas… Me
pregunto: ¿Es por casualidad o pretenden que muera de un infarto? ¿Qué, acaso no soy la reina y por esa razón
merezco tranquilidad en mi fin de semana?
¡GRRR, SNIF, MIAU!
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