Dos noches me libré
del detestable sujeto, es mi lacayo, se encarga de devorar lo que terminaría en
el bote de basura, lo que desprecio de mi alimento. Bueno, también mi mami le da de comer, pero
es insaciable, creo que su barriga debe parecer un barril sin fondo.
Desde hace algún
tiempo, le dio por salirse de la casa.
Debo reconocer que, debido a su juventud y valentía, es un tipo
arrojado, es más, estoy segura de que si tuviese yo menos edad, estaría como
Ariel, llorando por su ausencia.
Anoche fue la
segunda que pasó en la calle, imagino que aventurándose por las calles, los prados,
los techos; observando la vida que antaño yo admiraba con mi visión crítica y
sabia. A él le falta eso, la cultura que
me caracteriza, la sabiduría heredada por mi linaje de gatita Real, porque
cuando yo tenía aventuras, siempre regresaba limpia. Trotsky llegó sucio, con el pelo opaco y
áspero. Estaba yo muy tranquila,
despreocupada y lo había borrado ya de mi memoria, cuando de repente escuché su
maullar lastimero. Isabel abrió la
puerta y ahí estaba. Entró como si nada,
Ariel lo recibió gustosa y luego, unas bofetadas por vago. “Así es esto de la dependencia”, pensé con la
humildad que me caracteriza, “la dependencia al otro es muy fuerte y por eso
ella pasó la noche de ayer llorando.
Ahora le reclama pero en el fondo, está feliz. Al contrario de lo que me pasa a mí”, pensé
cuando vi la escena. En fin, mi mami ya
no se entusiasma tanto cuando lo ve, sabe que saldrá de nuevo y quién sabe qué
pueda pasar. Lo mejor es que no trajeron
a la gatita que mi mamá encargó, porque de inmediato, cuando se enteró que no
estaba mi lacayo, intentó reponer un súbdito para mí, que no necesito pues ya
tengo a mi dama de compañía desde hace varios años. En conclusión, yo no entiendo por qué mi mami
se esfuerza en conformar mi Corte Real si no la necesito, tengo todo lo que
puedo exigir con ella y con los demás integrantes de la familia. Un mensaje para mi mami: “¡NO NECESITO MÁS
SERVIDUMBREEEE! CON USTEDES ES MÁS QUE
SUFICIENTE! ¡MIAAAUUU!
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