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domingo, 23 de febrero de 2020

YA ES DEMASIADOOOOO!!!! MIAAAAUUUUUU!!!!


AUNQUE LLORO Y LO EXTRAÑO PORQUE NO ESTÁ AQUÍ… ¡SÉ QUE MI HERMANO ESTÁ MEJOR ALLÁ DONDE ESTÁ!!!... ¡¡¡MIAUUUUU!!!  AHORA ESTAMOS EN RIESGO ANTE AL ALCOHOLISMO DE  LA GORDIS!!!! ¿MIAU!

A pesar de toda mi sabiduría y gran sensibilidad, me ha costado trabajo adaptarme a los cambios que iniciaron el 25 de junio del 2019, cando mi mamá grande, la encargada de contener y civilizar a la gorda de mi mami cincuentona, falleció.   y a mí me dio mucha tristeza porque, además de ser tan divina como yo, pasábamos los días en compañía, yo aprendiendo sus buenos modales y  charlas interesantes.
   A Valentina también la extraño mucho, ella era frágil y delicada, dulce y sumisa, me respetaba como lo que soy, la reina.  Bueno, después de que ella faltó, eso a inicios del mes de julio, llegó un ser abominable llamado Fanny.  ¡¡¡Es terrible estar con esa cuadrúpeda!!!!   Mi mami, la cincuentona y única que me queda, me dice que debo ser tolerante y procurar educarla diciéndome: “Ágata, debes ser cariñosa y enseñarle los buenos modales.  Piensa que ella es aún cachorrita aunque esté grande de tamaño”.  Pues yo no sé, pero sí recuerdo que mi hermano le decía “zapato manotas” y yo me sentía feliz cuando lo escuchaba porque me aseguraba que solamente yo soy la más bonita, elegante, divina, genial. 
   Sin embargo, creo que la presencia de Fanny ha sido buena en la vida de la familia, pues  mi mamá se concentra tanto en la educación de la perrita que  no tiene tiempo para entristecerse.  Lo mismo hago yo, porque la ausencia de mi mamá y de mi hermano son heridas que nunca podrán sanar, pero que debemos acostumbrarnos a llevar en nuestro corazón.  Ahora me empeñaré a volver a escribir, sé que es necesario compartir mi genialidad con todos, incluso con los lacayos a los que ya voy educando, pero aún no concluyo porque son demasiado necios. 
   En fin, la vida sigue y yo estoy aquí acompañando a mi mami cincuentona a la que también deberé  dar lecciones para que deje de decir palabrotas, que adquiera buenas costumbres y sobre todo, que recupere su estado de ánimo… ¡MIAU!
   Y es que ella,  inmediata y torpe,  pretende mitigar el dolor  y reconfortarse no a través de las enseñanzas que puedo brindarle sino con la bebida.  Tanto la conozco que sé cuándo va a servirse una copa... Baja pausadamente las escaleras, se dirige hasta donde está la cava llena de licores y escoge una botella; la mira tratando de identificar cuál de mis exquisitas bebidas tomó entre sus manos y luego se dirige a la cocina.  Yo me aterro y  digo “Ojalá no se sirva porque de lo contrario, me espera una noche de locura!!!”.  En verdad, me parece que hace el ridículo y entonces la miro con mis ojos penetrantes, verdes, expresivos e implacables.  Ella, entonces, se siente intimidada y se limita a decirme “Ágata linda, no te enojes conmigo.  Te prometo que sólo será un traguito”.  Lo bueno es que hasta ahora ha cumplido, pero debo hacer cambios en esta mi mansión para evitar que mi mami tenga más defectos y yo la desconozca.
Bueno, ahora voy a reflexionar un rato sobre esto y a descansar después, porque en verdad que me agota tanta preocupación.  ¡¡¡MIAUUUUUU!!!!

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