AUNQUE LLORO Y LO
EXTRAÑO PORQUE NO ESTÁ AQUÍ… ¡SÉ QUE MI HERMANO ESTÁ MEJOR ALLÁ DONDE
ESTÁ!!!... ¡¡¡MIAUUUUU!!! AHORA ESTAMOS
EN RIESGO ANTE AL ALCOHOLISMO DE LA
GORDIS!!!! ¿MIAU!
A pesar de toda
mi sabiduría y gran sensibilidad, me ha costado trabajo adaptarme a los cambios
que iniciaron el 25 de junio del 2019, cando mi mamá grande, la encargada de
contener y civilizar a la gorda de mi mami cincuentona, falleció. y a mí
me dio mucha tristeza porque, además de ser tan divina como yo, pasábamos los
días en compañía, yo aprendiendo sus buenos modales y charlas interesantes.
A
Valentina también la extraño mucho, ella era frágil y delicada, dulce y sumisa,
me respetaba como lo que
soy, la reina. Bueno, después de que
ella faltó, eso a inicios del mes de julio, llegó un ser abominable llamado
Fanny. ¡¡¡Es terrible estar con esa
cuadrúpeda!!!! Mi mami, la cincuentona
y única que me queda, me dice que debo ser tolerante y procurar educarla
diciéndome: “Ágata, debes ser cariñosa y enseñarle los buenos modales. Piensa que ella es aún cachorrita aunque esté
grande de tamaño”. Pues yo no sé, pero
sí recuerdo que mi hermano le decía “zapato manotas” y yo me sentía feliz
cuando lo escuchaba porque me aseguraba que solamente yo soy la más bonita,
elegante, divina, genial.
Sin embargo, creo que la presencia de Fanny
ha sido buena en la vida de la familia, pues
mi mamá se concentra tanto en la educación de la perrita que no tiene tiempo para entristecerse. Lo mismo hago yo, porque la ausencia de mi
mamá y de mi hermano son heridas que nunca podrán sanar, pero que debemos
acostumbrarnos a llevar en nuestro corazón.
Ahora me empeñaré a volver a escribir, sé que es necesario compartir mi
genialidad con todos, incluso con los lacayos a los que ya voy educando, pero
aún no concluyo porque son demasiado necios.
En fin, la vida sigue y yo estoy aquí
acompañando a mi mami cincuentona a la que también deberé dar lecciones para que deje de decir
palabrotas, que adquiera buenas costumbres y sobre todo, que recupere su estado
de ánimo… ¡MIAU!
Y es que ella, inmediata y torpe, pretende mitigar el dolor y reconfortarse no a través de las enseñanzas
que puedo brindarle sino con la bebida.
Tanto la conozco que sé cuándo va a servirse una copa... Baja
pausadamente las escaleras, se dirige hasta donde está la cava llena de licores
y escoge una botella; la mira tratando de identificar cuál de mis exquisitas
bebidas tomó entre sus manos y luego se dirige a la cocina. Yo me aterro y digo “Ojalá no se sirva porque de lo
contrario, me espera una noche de locura!!!”.
En verdad, me parece que hace el ridículo y entonces la miro con mis
ojos penetrantes, verdes, expresivos e implacables. Ella, entonces, se siente intimidada y se
limita a decirme “Ágata linda, no te enojes conmigo. Te prometo que sólo será un traguito”. Lo bueno es que hasta ahora ha cumplido, pero
debo hacer cambios en esta mi mansión para evitar que mi mami tenga más
defectos y yo la desconozca.
Bueno, ahora voy
a reflexionar un rato sobre esto y a descansar después, porque en verdad que me
agota tanta preocupación.
¡¡¡MIAUUUUUU!!!!
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