Desde el jueves de la semana anterior hemos estado muy ocupados aquí en mi mansión, bueno, desde el martes que fuimos con mi gordis a almorzar un rico pozole en compañía de Oliver y su mamá. Tres días después,, el viernes, continuamos la fiesta y desayunamos en un restaurante con el pretexto de una reunión con sus amigotes a quienes no veíamos desdehace casi un año; ahí probé el jugo verde, una verdadera delicia, ¡mmmmh!
El sábado y el domingo tuvimos la visita de Sir Gerald nuestro entrenador personal y estos días no salimos porque mi gordis estaba mocosa. Sin embargo, nos puso a ejercitar nuestros cuerpecitos en mi gimnasio, una habitación amplísima llena de aparatos que no sabía yo para qué servían, por ejemplo, hay untubo que yo pensaba que servía para sostener los ganchos, pero resulta que ahí estuve haciendo fuerzas con mis patitas delanteras, subí y bajé tres veces solamente, porque el peso de mis músculos inactivos es demasiado para mí. Después, me indicó que me recomendaba subir y bajar las escaleras de mi palacio varias veces, cada vez más rápido y yo, después de subir y bajar cuatro veces, me di por vencido porque estaba perdiendo mi natural elegancia. Luego me dijo que debía rodar, eso sí me gusta mucho, así que pasé horas jugando a rodar por todo el piso de mi amplísimo salón.
Ayer y hoy mi gordis sigue un poco indispuesta, por eso ella no ha ejercitado ni sus brazos, su abdomen ni sus piernas, es más, ni siquiera las mandíbulas… ¡MIAU!
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