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domingo, 21 de enero de 2024

EL BOSQUE SIN MI GUÍA… ¡SNIF!


 

  


Hoy mi gordis se levantó temprano, acto que había dejado de hacer desde finales de noviembre del año pasado, cuando las visitas de sir Gerald se esfumaron. 

   A eso de las 9:30 sonó el timbre, era su amigota Águeda, la tocaya de la reina Ágata I qpd.  Vino con  su hijo, Sebastián, que es un jovencito muy simpático y que, en cuanto me vio, hizo unas reverencias y besó mi acolchonada y peluda patita.

   Todos estábamos listos, nos metimos en el bolsón de Tere y emprendimos el camino. 

   “Mmmh, este no es el trayecto acostumbrado con sir Gerald”, pensé, “¡Cuánto han cambiado las cosas, las rutinas, las charlas y ya no escucho las palabras amorosas que Tere decía a sir Gerald!  En fin, a ver cómo encuentro mi bosque”, pensé con profundo dolor.

   Ingresamos a mi bosque por otra entrada, fue más sencillo atravesar el puente peatonal porque las escaleras están menos deterioradas. 

   La verdad, no puse atención a las condiciones de aquel lugar; al parpadear, venían a mí las imágenes que guardo de sir Gerald cuando iniciábamos en el recorrido dominical, la manera en la que se ataba el paliacate para que mi gordis, así de pesada como está, fuese remolcada por él.  No cabe duda que fue un hombre con gran fortaleza, Súpe-rman  nunca hubiera podido jalar tanto peso.

   Al final de la caminata con su amiga,, nos dirigimos a mis aparatos; Tere le comentó sobre el episodio de susto que vivimos con sir Gerald, en el que no pude mover los tubos de uno de los aparatos.  Águeda me dijo: “No puedo creerlo, Tommy.  Haz un esfuerzo para que sir Gerald se sienta orgulloso de ti desde el cielo”.

   Con mucho temor, me acerqué, di un salto y me senté, elevé mis patitas y con mis garritas tomé los tubos.  Una fuerza enorme fue la que tuve que imprimir pero lo conseguí, hice diez repeticiones.  Al terminar, di las gracias a Águeda por haberme motivado y elevé un pensamiento a sir Gerald, pues espero que se sienta orgulloso y confíe que siempre lo llevaremos en nuestro corazón… ¡MIAU!

 

Mis agradecimientos estóicos.

   Agradezco por mis seres queridos, los que están y los que ya trascendieron, agradezco por la comprensión, apoyo y acompañamiento cálido y afectuoso que reconforta mi alma, agradezco por la existencia de mis mascotas, agradezco por continuar aquí y agradezco por este día.

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