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viernes, 7 de junio de 2024

AMOR EN PLURAL... ¡MIAUUU!

 


   El plural se refiere a la existencia de más de un objeto del que se habla y las palabras que utilizamos para enriquecer nuestro mensaje es del mismo carácter, es decir, si es más de uno, se agrega la terminación “es”, “as” o “s” en los vocablos que le siguen, para establecer la concordancia.

  

   Los textos académicos son redactados de dos maneras; cuando se aleja el escritor del contenido y se utiliza la tercera persona del singular, en la que el autor se coloca como observador de la información y escribe palabras como: “El resultado que se obtuvo…”, “se concluye que”, “se siguieron los pasos del método científico”, etc.  Otra forma, más familiar y cercana que confirma la participación e implica al autor, se presenta con la primera persona del plural, por ejemplo: “Implementamos la batería de diagnóstico y obtuvimos que…”, “Afirmamos que”, “Llegamos a la conclusión de…”, etc.  En esta última forma de expresión escrita, el autor comparte sus ideas, opiniones, investigaciones, resultados y conclusiones con los lectores dando la sensación de proximidad, expresa su responsabilidad compartida sobre el contenido, pues no se atreve a declarar su acto como creación personal.  En fin, son fórmulas gramaticales a las que el autor tiene la oportunidad de elegir según su carácter.   

   Pero, ¿Qué hay con los saludos y otras fórmulas de cortesía en el idioma español?  Esa pregunta me ha perseguido los últimos días, no comprendo la razón por la que recibo saluditos de mis “amiguis”, mis admiradores y familiares y en ellas hay diferencias, algunos saludos son en singular y otros,  en plural.

   Hoy mi gordis ha recobrado el ánimo, ya se ve tranquila y su cara, arrugadita, recuperó su semblante habitual de tragona y “aspiracionista” o aprendiz y eterna principiante del estoicismo. 

   Con mi sedosa bata verde jaspeada, como salpicada con gotitas de colores rosas, anaranjadas, moradas y lilas, descendí mis amplísimas escaleras y al encontrar a mi Tere de frente, le expuse mi enorme duda existencial.

   Ella, que masticaba un mastodóntico bocado de quesadilla, me hizo la seña para que esperara a que tragase el bolo alimenticio.  “Tommy, querido.  Mira, sobre ello me habló una ocasión mi extrañadísimo hijo.  Me dijo que eso de saludar en singular obedece a reglas gramaticales, pues si se saluda en singular es lo gramaticalmente correcto, hace referencia a un solo día, pero que la fórmula acostumbrada en el idioma español es en  plural y en esos casos, el plural confirma la intensidad, del deseo, el tamaño del mensaje”.

   Curioso como soy, no quedé satisfecho y entonces busqué en internet.  En efecto, la magnitud o tamaño del deseo, basado en el afecto, se declara en plural.

   Quedé conforme con la explicación obtenida, comprendí la razón por la que cuando alguien cumple años, no se desea felicidad sino felicidades; si hay un deceso, se brindan las condolencias como señal de empatía y compasión extremas; cuando se agradece un favor, se declara en plural por la enorme gratitud en correspondencia al favor recibido, entre otras palabras que usamos en nuestro hermosísimo idioma.

   Ideo, opino y afirmo que no hay como el plural para decir cosas lindas y dar mis mejores deseos a todos… ¡MIAUU!

 

  

   Mis agradecimientos estóicos.

    Agradezco a mis seres queridos, a los que están y los que ya trascendieron, por su permanencia constante en mi mente; agradezco a mis mascotitas por su amor recíproco; agradezco porque cada pensamiento o acción es una oportunidad y agradezco por este día.

 

   

1 comentario:

  1. Valiosa reflexión Piki, sin haberlo reflexionado como tú , cada qué escuchaba Buendia, había algo en mí que no reconocía ese saludo como completo, y siempre he preferido el buenos días. Siento plenitud al decirlo en el sentido de lo que expresas aquí. Gracias por tu reflexión y compartirla.

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