Sin embargo, hoy quiero aclarar las contradicciones que la caracterizan pues, por un lado, es tierna y muy protectora con los suyos, pero gusta de conocer sobre casos truculentos; come desaforadamente pero siempre está a dieta; a veces es muy fuerte y otras, muy llorona; es iracunda y recurre al estoicismo; utiliza palabrotas cuando se enoja y cuando está contenta, incluso nos dice groserías en diminutivo como expresión de cariño. Además, en sus pláticas más serias, usa los signos correctamente. De ahí que considere que es impredecible.
Ella está suscrita a varios canales de audiolibros, muchos de ellos con nombre y voces verdaderamente agradables.
Todos nosotros,
los que habitamos en mi palacio, disfrutamos la lectura de diversos textos
porque, sobre todo yo, recreamos lo escuchado y lo representamos en nuestra
mente cual si de una película se tratase. Nos acomodamos sobre el colchón, descansando en el asiento del sofá encima del horno con nuestras respectivas copas de oro llenitas de leche y unas botanas al lado mientras que mi Tere está sentada o caminando, lleva sus manos a la boca para meter en ella diversos alimentos o bien, lava trastes o se arregla.
Otra lindura de los audiolibros es el poder conocer o descubrir a literatos de los que nunca antes habíamos escuchado.
Por eso y por el tiempo de recreación que nos brindan, agradecemos infinitamente a La voz silenciosa, La voz que te lee, Te lo leo, Libromante, Jobo, El desván de los cuentos perdidos, Narralia, Joan Mora locutor, Jesús Javier audiolibros, Franz literatura y muchos más… ¡MIAUUU!
Mis agradecimientos estóicos.
Agradezco a mis seres queridos, los que están aquí y los que ya trascendieron, por los hermosos recuerdos que me acompañan constantemente; agradezco a mis mascotas por su dulce y tierna compañía; agradezco a los lectores que tan generosamente prestan su voz para compartirnos diferentes textos; agradezco por continuar aquí y agradezco por este día.
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