¡MIAUUUU! ¡AHORA SÍ
QUE PUEDO VER LO QUE ESCRIBO!
Hace unos días, mi
mami se sintió avergonzada conmigo, es que había desinstalado unos programas de
mi compu y no sabía cómo hacer para solucionar tan grave atrocidad; mi papá le
dio algunos consejos, pero ella es algo torpe, entonces no le quedó más remedio
que reponerme lo que había echado a perder.
Yo me sentía desconsolada al inicio, pues quedé sin mi herramienta, sin
mi juguete y sin el medio que me ayuda a ser más inteligente y sabia…
Bueno, hoy se fue
temprano, llegó con una cajota, es decir, con una caja enorme y de ella sacó un
aparato fenomenal.
Yo estaba aún muy
molesta, me irrita que toquen lo que es mío, así que ya se imaginarán lo que
significa para mí que usen algo de mi propiedad. Bueno, pues cuando ella entró con la caja, la
curiosidad típica de mi especie se apoderó de mí, no pude resistir y trepé en
la mesa, recorrí cada lado de la pantalla, la olisqueé, me enderecé y la medí,
la comparé con lo largo de mi cuerpo y me sorprendí, “¡Casi tan alta como yo!
¡Es fantástico!”, pensé con entusiasmo, pero evité mostrar mis emociones para
que mi mami no se crea que ya con eso olvidé lo que le hizo a mi computadora.
--¿Te gusta?—me preguntó como queriendo congraciarse
conmigo.
--Un poco—respondí con seriedad, pero en el fondo estoy que
no quepo en mí de entusiasmo.
--Bueno, entonces ya sabes, esta máquina es para las dos,
¿estás de acuerdo?
No contesté,
solamente me acerqué a ella y ronroneé tiernamente.
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