Cuando la veo
frente a la computadora, me estiro con pereza y pienso que es inútil cualquier
esfuerzo que haga. Hace varios meses,
bueno, tres en realidad, que ella no escribe más que lo de su trabajo… A mí me
provoca una mezcla de ternura y compasión porque la veo cómo se esfuerza,
piensa, repiensa y vuelve a hacerlo, pero es por demás. Ayer,
por ejemplo, estuvo intentándolo hasta altas horas de la madrugada, escribía un
párrafo y lo borraba, así lo hizo varias veces, yo creo que más de cinco porque
cuando me aburrí y subí a descansar, iban tres inicios de texto.
No puedo comprender
cómo es que a ella se le dificulte la redacción, si es maestra, mientras que a
mí, que soy su hija, que no he asistido a la escuela y que solamente se debe a
mi vasta, inmensa y pródiga creatividad e inteligencia, que las patitas bailan
sobre el teclado, producen una melodía y de ella, mis ideas magníficas.
Hoy por la mañana
escuché a mi mami hablar con mi papá, ella le decía que le era difícil retomar
el hábito de crear o, mejor dicho, recrear sucesos y plasmarlos en
cuentos. Ágil como soy, día un salto y
me elevé en lo alto de mi biblioteca, miré los libros con atención, leí los
títulos de los que me quedaban más cerca y, como es mi costumbre, reflexioné
acerca de lo que dice L.S. Vigotsky en relación a la imaginación. Parafraseando, la imaginación se incrementa
cuando hay mayor número de experiencias y mi mami, de casi cincuenta años,
tiene muchas vivencias… Pero también
dice el psicólogo que la imaginación es limitada por la razón… “Mmmh, mi mami
debe ser muy racional”, pensé, “pero no lo demuestra cuando hace corajes,
cuando se siente triste o cuando está eufórica o se ríe por cosas insulsas”…
Seguí en mi
guarida, pensaba, intentaba encontrar la forma de reactivar su afición, me
agoté mucho y llegué a la conclusión de que le voy a proporcionar experiencias,
intentaré hacer travesuras o cuando vengan mis sobrinos, les pediré que la
inviten a jugar con ellos, a ver si así recobra su capacidad de imaginar. En fin, será una tarea enorme la que
desempeñaré desde mañana. ¡MIAU!
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