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sábado, 13 de mayo de 2017

LUIS PAZOS Y SUS “CONSEJOS” DE PORQUERÍA… ¡¡¡MIAAAUUUU!!!!





   No lo he asimilado aún, ha de ser como esos arroces chinos de los que escuché que se venden a granel en México.  Dicen que son de plástico y no comprendo cómo es que se los pueden comer.   Con esos arroces comparo los dichos del “ilustre” intelectual de pacotilla Luis Pazos.
   Hoy hace una semana,  6 de mayo, dando paso a la adicción de mi mami elegante: las noticias, vimos el noticiero del canal 40, el titulado ES NOTICIA; bueno, como siempre hay lo mismo de malo, he de confesarles que las noticias y sucesos negativos ya no me aterran, sino me adormecen y así estaba yo, somnolienta, entrecerrando mis verdes y enormes ojos, bostezaba de cuando en cuando para acompañar mi respiración cada vez más pausada, cuando de repente escuché que el conductor del noticiero anunciaba a Luis Pazos y en un estado de duermevela, oí algo que me despertó abruptamente: los mexicanos debemos pensar en la situación de los compatriotas venezolanos y por esa razón, valorar positivamente el sistema político que tenemos.
   Abrí mucho mis ojos, ¡¡¡sentí que iban a salirse de mi peluda y negra cabecita!!! “Quién dice semejantes tonterías?”, me pregunté con un asombro gigantesco.  Me incorporé, miré hacia el televisor, observé a un individuo que hablaba como si fuese un “sábelo-todo”; a cada palabra, sentía cómo se erizaba mi hermosa, negra y brillante cabellera hasta quedar totalmente parada, estoy segura que parecía un plumero.
   No se trata de hacer comparaciones ni de quedarse conformes, se debe buscar un cambio que beneficie a todos, a los que carecen de lo indispensable, que no solamente están en Venezuela, sino en todas partes.  Se trata de hacer conciencia histórica y conciencia social, de lograr la empatía y la solidaridad sobre todo en las clases políticas y en las del poder económico, que por supuesto, son los políticos.
   Yo, desde mis alturas de sabiduría, belleza, elegancia, genialidad y, sobre todo, de sensibilidad, conminaría a los “intelectuales”, a los políticos y a los empresarios a que intentasen vivir con un salario mínimo durante unos meses.  Así conocerían las carencias, los infortunios y las necesidades de las clases desprotegidas de este sistema al que defienden tanto.  He dicho, ¡MIAU!

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