Desde ayer me
siento decepcionada, es que no es justo lo que hizo mi mami, la gorda
cincuentona, esa que me consiente pero que ya no me dedica todo su tiempo. Ayer en la noche, cuando yo estaba sumida en
mi reflexión existencial acerca de la justicia, la injusticia, la verdad y la
mentira –porque en mi país se dicen varias—como eso de “aprender a aprender” en
la educación como algo nuevo siendo que existe desde hace más de una década y
para muestra, la educación por competencias… Pero ya me salí del tema. Regreso: estaba yo en mi reflexión
existencial cuando sonó el teléfono, era la amiga de mi mami. Al parecer, preguntó acerca de los molestos
gatitos que viven en mi palacio.
Una de mis
habilidades es la de leer las mentes, así que me concentré y supe lo que pasaba
por la mente de mi mami antes de que ella hablara, pero aún no logro dictar sus
pensamientos, orientarlos hacia la consecución de mis deseos. No soy tan genial aún. Bueno, resulta que las hijas de su amiga, dos
nenas cuyos nombres son Andrea y Paola, quieren un gatito. Yo hice el esfuerzo mental para que mi mami
pensara en ofrecer a los tres gatos y a su mamá, la odiosa doncella Ariel y que
se los llevaran de mi espacio, pero no.
Mi mami fingió demencia, se hizo la occisa, se hizo de la vista gorda,
no dijo ni “mu” de los gatitos que viven
en MI CASA.
A cambio, ofreció
que ella indagaría acerca de lugares en los que se pueden adoptar
a mis congéneres, tan adorables y cariñosos como yo, además de inteligentes y
elegantes. “¡NI MODO!”, pensé con
molestia y resignación, “ya me quedaré con estás monsergas hasta el final de
los tiempos”.
Erguí mi estilizado
cuerpo, lancé un maullido casi imperceptible, entorné mis verdes y grandes
ojos, lancé un bostezo y me acomodé para continuar con mi reflexión, pero ahora
acerca de esos albergues y llegué a la
conclusión de que son verdaderos ángeles quienes cuidan a los animalitos y aún
más, quienes están dispuestos a adoptar, querer, cuidar, proteger, alimentar, convivir, interactuar y sobre todo, a hacer
parte de su familia a seres indefensos como esos. Por eso creo que lo que hace mi gorda mami al
tener a esos cuatro dentro de mi hogar es tolerable pero lo que harán Paola y
Andrea es algo mejor: RESCATAR A UN ALMA INOCENTE Y ANSIOSA DE CARIÑO Y
PROTECCIÓN.
Así pues, mando un
saludo respetuoso y de agradecimiento a nombre de los animales a estas dos
lindas niñas. ¡GRACIAS, MIAU!
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