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sábado, 15 de julio de 2017

ANDREA Y PAOLA, DOS CHICAS INIGUALABLES Y GENEROSAS A LAS QUE MI MAMI ADMIRA Y YO RESPETO Y LES PIDO: ¡LLÉVENSE A MIS ESTORBOS!... ¡MIAAUUU!





   Desde ayer me siento decepcionada, es que no es justo lo que hizo mi mami, la gorda cincuentona, esa que me consiente pero que ya no me dedica todo su tiempo.  Ayer en la noche, cuando yo estaba sumida en mi reflexión existencial acerca de la justicia, la injusticia, la verdad y la mentira –porque en mi país se dicen varias—como eso de “aprender a aprender” en la educación como algo nuevo siendo que existe desde hace más de una década y para muestra, la educación por competencias… Pero ya me salí del tema.  Regreso: estaba yo en mi reflexión existencial cuando sonó el teléfono, era la amiga de mi mami.  Al parecer, preguntó acerca de los molestos gatitos que viven en mi palacio.

   Una de mis habilidades es la de leer las mentes, así que me concentré y supe lo que pasaba por la mente de mi mami antes de que ella hablara, pero aún no logro dictar sus pensamientos, orientarlos hacia la consecución de mis deseos.  No soy tan genial aún.  Bueno, resulta que las hijas de su amiga, dos nenas cuyos nombres son Andrea y Paola, quieren un gatito.  Yo hice el esfuerzo mental para que mi mami pensara en ofrecer a los tres gatos y a su mamá, la odiosa doncella Ariel y que se los llevaran de mi espacio, pero no.  Mi mami fingió demencia, se hizo la occisa, se hizo de la vista gorda, no dijo ni “mu” de los gatitos que viven  en MI CASA.
   A cambio, ofreció que ella indagaría   acerca de lugares en los que se pueden adoptar a mis congéneres, tan adorables y cariñosos como yo, además de inteligentes y elegantes.  “¡NI MODO!”, pensé con molestia y resignación, “ya me quedaré con estás monsergas hasta el final de los tiempos”.  
   Erguí mi estilizado cuerpo, lancé un maullido casi imperceptible, entorné mis verdes y grandes ojos, lancé un bostezo y me acomodé para continuar con mi reflexión, pero ahora acerca de esos albergues  y llegué a la conclusión de que son verdaderos ángeles quienes cuidan a los animalitos y aún más, quienes están dispuestos a adoptar, querer, cuidar, proteger, alimentar,  convivir, interactuar y sobre todo, a hacer parte de su familia a seres indefensos como esos.  Por eso creo que lo que hace mi gorda mami al tener a esos cuatro dentro de mi hogar es tolerable pero lo que harán Paola y Andrea es algo mejor: RESCATAR A UN ALMA INOCENTE Y ANSIOSA DE CARIÑO Y PROTECCIÓN.
   Así pues, mando un saludo respetuoso y de agradecimiento a nombre de los animales a estas dos lindas niñas.  ¡GRACIAS, MIAU!

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