RDIS… ¡MIAUUU!
De un tiempo para
acá me ocurren accidentes involuntarios, cuando estoy, por ejemplo, sentada
meditando sobre una mesa, al levantarme hay un pequeño charco y eso me altera,
no sé qué ocurre y me asusto mucho.
Pienso que eso no salía así de mi
cuerpo, yo controlaba el trayecto hasta el arenero y ahí me sentaba, dejaba
salir la pis y luego, como gatita elegante y majestuosa, la tapaba con mis
acolchonadas y peludas patitas.
Debo estar
envejeciendo, creo. Ya me cuesta trabajo
subir a la mesa de la sala, lugar destinado a que me admiren y desde el cual
puedo dominar la sala de mi mansión y dirigir a mis lacayos para que monten un
espectáculo para mí, correteándose de un lado a otro, haciendo piruetas y
giros. Los miro y con añoranza pienso: “Si
eso yo lo hacía, por qué ahora me cuesta mucho subir a esta mesita?” y una
tristeza acompañada de dolor en mis huesitos, me invade. Otro ejemplo es ayer en la noche, cuando mi
mamá dijo su acostumbrado llamado a la cena:
“¡Chicos!” y todos corrieron
en tropel, entusiasmados, llorones, la rodearon mientras ella mostraba
una latita, de esas que me encantan.
Volteó hacia mí y me dijo con cariño: “Ven, Agatita, mira que aquí está
tu cena”, al tiempo que la servía en mi grande y brillante plato. No hice el intento de subir, le indiqué que
me por me lo diese en el piso, me sentía agotada y adolorida. Bueno, ella, como mi fiel y leal compañera,
comprendió mi instrucción y sirvió mi plato en primer lugar, después se dirigió
a donde estaban mi doncella y los lacayos para servirles en ese orden porque,
dice, la mamá es primero.
En fin, estoy
segura de que el paso del tiempo nos debilita físicamente, nos hace más
vulnerables a los enemigos externos, nos vuelve frágiles ante las situaciones
difíciles pero lo bueno es que mi mami me comprende y apoya. Una señora le dijo que mejor me tirara a mí y
a mi servidumbre, que es mucha lata estar previendo en qué lugar me ganará y que seguramente
mis lacayos y doncella, como me admiran, me imitarán. Ella de inmediato dijo: ¡NO! Yo los quiero
mucho, cómo podría deshacerme así tan fácil de quienes me han dado su cariño en
reciprocidad? Cómo si estamos acostumbrados a vivir en familia?”
Sé que este tipo de
situaciones se presentan también entre
las personas, cuadro hay alguien que envejeció, que no controla esfínteres, que
se vuelve malcriado, lo echan a la calle, es decir, lo internan en un
asilo. Yo creo que eso es lo más
despiadado que se puede hacer a otro ser, porque lo que nos dio cuando fue
joven y fuerte marcó el trayecto de
nuestra vida.
Por eso, me siento orgullosa de que mi mami esté dispuesta a poner plásticos sobre las camas, las mesas, las sillas, los sillones en detrimento de la estética de la mansión. Un MIAAAAUUUUU! De reconocimiento para ella.
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