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martes, 31 de marzo de 2020

31 DE MARZO… FECHA EN LA QUE ME ESTOY VOLVIENDO LOCAAAAAA!!!! … AUXILIOOOO!!!!.... MIAUUUUU!!!!

Esta, mi mansión, ha provocado que mi familia esté perdiendo la cordura y, así como el COVID 19, temo contagiarme. Verán, hace seis días mi mami y Marlon llevaron a Fanny, mi guardaespaldas, a la calle. Regresaron sin ella y solamente comentaron que la entregarían ese mismo día por la tarde. 

“Qué pasó con ella?”, me pregunté con curiosidad y concluí que como mi mami me adora, seguramente la había llevado a que la entrenaran para ser totalmente feroz, leal y obediente, esto con la finalidad de que me cuide como yo lo merezco. 

 El día transcurrió con gran felicidad para todos los habitantes de la mansión pues pudimos comer sin cuidarnos de la glotona y demandante perrita. Sin embargo, sentía que me hacía falta algo, porque aunque no me gusta aceptarlo, ya considero a Fanny como parte de mi séquito, me sigue siempre a donde voy, me observa con admiración mientras reflexiono, me cuida con atención cuando ingiero mi alimento, en fin, creo que es mi más devota admiradora. 


 Cerca de las 19 horas, trajeron a Fanny. ¡Estaba irreconocible! Se veía cansada, como si hubiera entrenado duramente. Además, traía una especie de pantalla de lámpara y su cabeza estaba dentro. “Mmmmh”, pensé con astucia, “Seguramente le colocaron unas pilas para que me alumbre si estamos a oscuras, como es mi guardaespaldas debe poner luz en mi camino”. 

El resto de la noche durmió. Creo que no le asentó bien el cambio, porque mi mamá la llevará mañana de nuevo con la entrenadora; ha dicho que la llevará mañana y que le quitarán la pantalla. Yo temo que también las pilas puesto que no han funcionado y yo tendré que conformarme con que solamente me siga. En fin. Nada ni nadie es perfecto a excepción de mí, claro. ¡MIAUUUU!!!!

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