ARIEL ASCIENDE AL TRONO… ¡MIAU!

Las razones por las que he decido otorgar el título de Reina Madre a la mía, son muchas. En primer lugar y el más importante, porque es quien nos dio la oportunidad de transitar por este “valle de lágrimas”, como solían decir nuestras abuelas. En relación a la oportunidad de respirar, comer, divertirme y ser querido por todos los habitantes del reino y sus alrededores, quiero afirmar que soy afortunado y gracias a una serie de “coinsidecias” el resultado es que mi reino de San Juan de Aragón es real, que vivo en una mansión, que tengo un séquito que me asiste, que estoy en proceso de aprendizaje constante, que soy tierno y dulce, que me gusta que me atiendan pero que no me carguen, que tengo dos mamás, que Fanny es mi mentora, que he vivido situaciones difíciles en extremo, que he querido ir al más allá, que con el apoyo de mis admiradores, amigos y familiares estoy dando los primeros pasos en mi nueva vida. Cuando uno se aventura a transitar por nuevas experiencias, debe tener en cuenta el conocimiento previo, las habilidades que se han desarrollado y las potencialidades que es factible practicar a fin de llegar a dominarlas. Ariel, mi mamita felina, es quien nos dio las primeras enseñanzas de nuestras vidas, por ejemplo, nos enseñó a buscar un buen lugar para dormir, a ubicar los lugares más cálidos y permanecer largo rato sobre una superficie mientras ronroneamos, a hacer caritas, a obedecer cuando nos llamaba con diferentes sonidos, a comer con elegancia, a utilizar las manos para acercarnos objetos lejanos, a asechar y cazar lagartijas, a exterminar de ciertas plagas el jardín, a masajear la panza de mi gordis, etc. Como pueden observar, mi mami Ariel es muy sabia a pesar de su corta edad. Yo quiero que viva muchos años más, que goce de su nuevo estilo de vida y por ello, no quiero que se esfuerce en lo más minino, perdón, mínimo y su única obligación será vivir y ser bella… ¡MIAU!