BOTITAS, EL AJONJOLÍ DE TODOS LOS MOLES… ¡MIAU!

Hoy es el día designado a Botitas, el hermano que no se parece a ninguno de nosotros. Es más grande, corpulento, con cabellera esponjada y larga, su melena es envidiablemente hermosa. Sus ojos azules son expresivos, esto me permite saber qué es lo que está pensando aún antes de que lo maúlle. Establece diálogo con otras personas, transmite mensajes con claridad, precisión y presteza, sus patitas están equipadas con cuatro botas largas, así que su pelaje no se mancha si hay que atravesar por diferentes superficies, ya sean lisas, rocosas, fangosas, también puede caminar entre los matorrales sin sufrir heridas. Tiene gran capacidad para saltar, subir, bajar, acostarse, hacer piruetas y utiliza satisfactoriamente sus manos. Además, gusta de probar diferentes alimentos, tanto los de gato como los de humanos. Exige atención cuando mi mami pasa por enfrente de él y no le habla, entonces él lanza una ligera mordida al brazo de la gordis para que ella se percate que ahí está él y que debe darle un poco de tiempo. Con base en esas características particulares, he confiado a Botitas el cargo de mil-usos, es decir, cumplirá las funciones de jardinería, plomería, electricista, mensajero, degustador y secretario particular. En la actividad secretarial, se encargará de servir el café a mis admiradores o visitantes, de platicar con ellos mientras yo no esté presente y de dar mordidas a quienes no cumplan con las reglas de cortesía requeridas en mi Palacio. Hoy fue menos difícil para mí encontrar las virtudes de Botitas, eso merece un ronroneo de consentimiento… ¡RRRRRRR! ¡MIAU!