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martes, 31 de enero de 2023

COMO DICE LA CANCIÓN: “O LO VIVÍ O LO SOÑÉ”, UNA AVENTURA EN EL MICROONDAS…¡MIAU!

 

 


 

Las experiencias, a mi corta vida, han sido varias y algunas de ellas, impactantes. 

Por ejemplo, hace unos tres años, cuando recién se habían mudado a la otra dimensión mi bisabuela Tere y mi tío Emilio, tuve una vivencia extraña dentro de un horno de microondas.

   Eran cerca de las 6:00 pm y la gordis, que en ese tiempo parecía un zombie, entró en la cocina mientras yo descansaba plácidamente sobre el horno que le había regalado mi tío el Día de las Madres.

   Como sonámbula, mi gordis  abrió la puertecita del horno, levantó la mano y sacó una taza de la alacena, cerró la puerta con un empujón manual sirvió agua sin que se llenara totalmente la taza para,  finalmente, dirigirse hacia el refrigerador y completar con un poco de leche la capacidad del recipiente.  Entre tanto yo, que soy tímido y curioso, sentí como si un imán me atrajera hacia el interior, me senté sobre un enorme plato de vidrio y me acosté para experimentar la sensación de dormir dentro de un espacio pequeño y sobre una superficie circular, lisa y fresca.

   De repente, un estruendo, la puerta se cerró; luego, unos sonidos breves, la gordis programó el tiempo  y luego el terror, el plato y yo sobre él, comenzamos a girar a gran velocidad mientras las ondas de calor eran expulsadas impregnando todo el horno.  ¡Qué horrible! Sentí que moría por la desesperación, el pánico y el calor…. 

    Grité aterrado, intenté salir pero no lo logré.  Mi gordis reaccionó, afortunadamente, 16 segundos después de iniciado el tiempo.  Abrió la puerta y salí como bala, disparado, en huída franca y veloz al tiempo que mi mami Ariel y mis hermanos, además de Fanny, entraron a la cocina para saber qué catástrofe acontecía. 

   Mi mami, la Reina Madre, estaba al frente de todos mis hermanos y, en manada, arremetieron en mi defensa.  Intentaron pelear contra Fanny, que fue protegida por la gordis, quien explicó a mi mami que había ocurrido un accidente y que ella, la gordis, era la culpable. 

   Yo  fui a refugiarme en lo alto de un closet, los observé buscándome con preocupación, mi gordis estaba asustada pues no sabía si me había hecho algún daño la exposición a las microondas. 

   Gracias a mi hermosa cabellera, que es sedosa, larga y vasta, impidió el paso de las ondas… ¡MIAU!


 

   

  

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