FAN NY Y EL ESTOICISMO… ¡MIAU!

He estado ocupado en el establecimiento de oficios en mi Corte Suprema, me refiero a la asignación de cargos en mi Palacio. Confieso que ha sido muy difícil para mí, pues temo herir susceptibilidades puesto que cada uno de los habitantes de este recinto son indispensables para mí. Aunque ya tengo las responsabilidades decididas, hoy hablaré solamente de una porque aún me siento inexperto en la argumentación escrita; hay que tener en cuenta que soy principiante en el título de Rey. Debo aclarar que alguien a quien debo mucho del gran conocimiento estóico y, por lo tanto, de mi actual seguridad y capacidad de toma de decisiones, es Fanny. Ella fungió como guardaespaldas de Ágata I debido a su fortaleza, tamaño y potente voz. Además, fue creadora de un blog en el que mostró su capacidad empática con los niños y de ayuda a una maestra (la gordis). A Fanny la conocí desde pequeña, no sólo de tamaño sino de edad. He vivido con ella su desarrollo y evolución cognitiva y ahora le he asignando el puesto de Consejera, pues es toda una estoica. Fanny se adapta a las situaciones cambiantes del entorno sin remilgos ni oposición, permanece tranquila en todo momento, aunque es traviesa y gusta de la atención; es amigable y amable, excelente anfitriona y procura que los invitados a esta, mi mansión, estén contentos. En las noches, está alerta ante cualquier ruido y, cuando hay algo que altere la quietud nocturna, se levanta, imponente, y recorre el interior de la mansión con mirada penetrante mientras olfatea todo lo que a su encuentro topa, además de lanzar algunos ladridos implacables. Así pues, Fanny cumple con los principios estóicos que son SABIDURÍA, TEMPLANZA, JUSTICIA Y VALENTÍA. Con sencillez y modestia, la considero mi mentora en el arte de la filosofía y la práctica de vida… ¡MIAU!