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viernes, 20 de enero de 2023

REY TOMÁS I… ¡MIAU!

No me había dado el tiempo para informar a todos los habitantes de mi reino que fui coronado con el título de rey heredero desde el día 10 de septiembre de 2020 ya que mi antecesora, la Reina Ágata I abdicó para enriquecer con su sabiduría otro reino; ella fue un gran ejemplo de valor y sabiduría. Casi dos años transcurrieron desde su partida y ahora, con el orgullo que reviste la nobleza de mi Título, me comprometo a mostrarme amigable, comprensivo, cariñoso y empático ante los demás. Yo, el Rey Tomás I, prefiero que mis súbditos y familiares me llamen Tomy; se escucha más armonioso y me hace sentir querido. Ahora que tengo el poder en la mansión, debo poner orden porque mi pobra madre humana, a quien llamaré “gordis”, tal como lo hacía mi antecesora, está hecha un caos. Las razones son simples: tiene tres meses sin trabajar y aunque está a gusto con nosotros, se pasa gran parte del tiempo en busca de motivos de enojo para evitar recordar. Es una buena estrategia, pero lo malo son los resultados pues mientras escucha, la gordis comenta y dice palabrotas. Cuando eso ocurre, mi cabellera sedosa y blanca como la nieve, se eriza, se alborota y despeina. He sugerido a la gordis volver a escuchar los textos que leía, que ponga en práctica la filosofía de Epicteto, que escuche el libro Meditaciones de Marco Aurelio y lo lleve a su vida. Bueno, como soy nuevo en esto de la escritura de un diario, ya me cansé y necesito dormir un poco, mis enormes y verdes ojos me arden y los párpados me pesan… ABUR!...¡MIAU!

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