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lunes, 6 de febrero de 2023

EJERCICIO DOMINICAL EN MI BOSQUE… ¡MIAU!

 



   En los alrededores de mi mansión tengo un bosque, es muy grande, arbolado, con juegos infantiles que mandé colocar para que los niños del reino puedan divertirse, jugar y llenar sus pulmones de oxígeno; hay, además,  un zoológico porque me gusta admirar a gran parte de las especies animales; también  pueden acudir ahí  todos los súbditos del reino para aprender a convivir con ellos, a respetarlos y cuidarlos.

 

   Como cada domingo desde hace ya más de un año, Sir Gerald vino por mí; Boti y Kahil estaban listos con los aditamentos que requiero cuando salgo: una botella con agua, otra con sales aromáticas, un poco de hojitass de menta y una frazada, por si me cae mal el paseo.

   Hicimos el recorrido, marché a paso veloz durante gran parte del caminoo y, por tercera ocasión, Sir Gerald me propuso utilizar mis aparatos para ejercitar y fortalecer mis patitas traseras y las delanteras, respectivamente.

   Yo soy muy fuerte, aguanto la caminata,  troto bien,  soy muy ágil y puedo saltar grandes alturas… Pero mis bracitos están débiles, lo descubrí con horror y reflexioné sobre ello…

   “¿A  qué puedo atribuir el hecho de ser incapaz  de empujar hacia adelante unas barras? ¿Necesito tener los brazos más largos? ¿Debería abrir más las manos para sujetar bien el tubo y ejecutar una  prensión adecuada? ¿Requiero de una mejor dieta?”.  Porque las barras que están elevadas, horizontales, son menos frustrantes para mí, ¡miau!”.

   Me sentí mareado, todo comenzó a dar vueltas a mi alrededor, era como si los árboles  me vieran, agitaran sus ramas y me informaran lo que ya sabía, que no puedo mover los resortes de aquellos artefactos. 

   Senti que mis ojos se humedecían, era el inicio de un llanto desconsolado y entonces el Príncipe Botitas, diligente y presto, corrió hacia mí, destapó la botellita con las sales aromáticas y las acercó a mi naricita, las olfateé  mientras Kahil extendía la frazada sobre el césped.  Ahí me acosté cuan largo soy, quedé tendido y, casi sin conciencia, olí las hojas de menta y las sales. ..

   Ya en mi mansión, pedí consejo a Fanny y a Sir Gerald.  Ambos, sabios y estóicos, me sugirieron hacer ejercicios diarios con mis brazos. 

   Hoy, que es lunes, ya comencé, estiré mis brazos para acercarme las cosas que están a mi alrededor, tales como jamoncito, chicharrón, moronas de pan y otras delicias de mi Palacio… ¡MIAU!

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