El martes por la tarde instruí a mi secretaria Fanny para que pidiera la ayuda urgente a la archiduquesa Norma porque la gordis se había convertido en un animal muy extraño; tenía plumas de pato, hocico de cerdo y orejas de burro debido a que es negligente, sucia y necia. A las 6:00 unos timbrazos, la llamada que esperaba; con gran expectación, anhelo, inquietud y curiosidad,aguardé hasta que la gordis contestara pues no me podía imaginar el lenguaje o los sonidos que emitiría debido a la mezcla zoológica en que se había convertido.
Descolgó, tomó el auricular entre sus pezuñas y emitió un “cuac-oink”. Respiré aliviado, aún no se había arraigado la identidad de asno en la gordis.
Ella estaba sentada en el piso, luego fue cambiando de sitio conforme su anatomía regresaba a la normalidad, los dedos de las pesuñas se alargaron y moldearon , las plumas se desprendieron conforme platicaban, su otrora pico adquirió la anatomía de unos labios y al sonreír, comprobé que tenía dientes. Ya como humana, se dirigió al sillón y posó sus sentaderas en el asiento acojinado. Antes de que colgara, le dije que me diera el auricular para expresar mi agradecimiento a la compasiva archiduquesa.
Bueno, una vez de vuelta a la normalidad, la gordis se aplicó en lo que es experta: abrir y cerrar el refrigerador, comer, ofrecernos alimento, decirnos cosas lindas, cuidarnos y darnos su cariño y además, sugerir a mi secretaria posibles acciones para el bien de mi reino.
La alegre y entusiasta Fanny, mi secretaria particular, me informó que el miércoles habría una visita oficial al Reino de Bosques, el otrora drigido por Ágata I. El objetivo de la salida era, en primer término, llevar a cabo unos trámites y en segundo lugar, hacer un recorrido real, es decir, un desfile para ser reconocido y adorado por los súbditos de aquel reino.
Salimos como de costumbre, sólo con un aligera variante, no fui dentro del bolso de la gordis, sino sobre su hombro.derecho. Me sentía extraño porque cuando estoy en las alturas, la superficie en la que reposa mi hermoso, peludo, blanco y sedoso cuerpecito es plana. Además, el movimiento de la gordis al caminar, debido a su gran peso y volumen semejante al de un barco que navega entre las olas, me arrulló..
En resumen, el miércoles fue un buen día, tuve muchos admiradores, personas que se acercaron a mí para solicitar una mirada, un maullido, un parpadeo, un ronroneo, un saludo de mano, y otras muestras de amistad.
Lo vivido por mí durante esta semana ha sido emocionante, pero nada comparado con lo que me ha pasado hoy.
De nuevo nos alistamos para salir, regresaríamos al Reino de Bosques para recoger a mi abuela Teresa I. Despertamos temprano, con muchas dudas en nuestras cabezas, era como si cada pregunta estuviera suspendida en el interior de una cavidad. Con gran incertidumbre, nos dirigimos hacia nuestro destino, es decir, la parroquia donde descansa mi abuela.
Mientras nos dirigíamos hacia aquel lugar, la gordis me dijo que tal vez nos fueran entregadas de inmediato las cenizas de mi abuela y así fue.
En mi residencia nos sentimos halagados y conmovidos porque la urna contiene lo que queda del cuerpo de mi abuela, así que ahora ella nos acompaña en forma material aunque siempre está con nosotros espiritualmente.
Por ese motivo, instruí a todos los habitantes de mi palacio que se pongan guapos, que Botitas y Kahil estén bien peinados, que cuiden el espacio en que colocamos la urna y que se mantengan sin practicar la lucha libre que acostumbran en tanto Teresa I llegue a su lugar de descanso definitivo
En nombre de todos los que la queremos, expresamos a nuestra amada Teresa I que nos sentimos honrados por haber podido estar con ella, acompañarla hasta el final de su camino, que le agradecemos sus enseñanzas, su amor infinito, sus cuidados, sus mimos, sus orientaciones, su ejemplo y que siempre está en nuestros corazones.. ¡MIAU!
No hay comentarios:
Publicar un comentario