Ayer por la tarde, aún eufóricos por la salida al desayuno en Tiffany´s y ya en la residencia real, estábamos preparando la recepción para nuestros invitados; vendrían a rendirme honores y a degustar platillos dignos de un rey, como yo, los representantes de la nobleza de Prados.
A ellos me liga no sólo la sangre azul que circula por nuestras venas, sino un amor entrañable. La Princesa María y los Archiduques de Prados son los herederos directos de Emilio I. ¿Cómo expresarlo? El amor que experimento, al igual que el resto de los habitantes de esta mansión, es infinito pues su presencia es muestra, ejemplo, motivo y resultado del amor.
Bueno, estábamos ansiosos por recibirlos; Marlon, apurado en lacolocación de la mesa real y vigilante de que la temperatura de los platillos fuera la adecuada; la gordis, probando el sazón de los alimentos; los príncipes Kahil y Boti limpiaban y acomodaban su pelaje para ser acariciados y admirados; Fanny, libreta en pata, recorría la mansión para palomear los puntos que debía revisar a fin de que las grandes habitaciones estuvieran confortables para los invitados y yo, nervioso, respiraba hondo para tranquilizar a mi corazoncito que, agitado y lleno de gozo, latía apresuradamente.
Sonó el timbre justo en el momento en que mi gordis llevaba a la boca una cucharada del guisado con la intención de probar cómo era el sabor del caldo y, por la emoción, quedó con un bigote rojizo; se apresuró a limpiarlo con la muñeca izquierda mientras regresaba la cuchara con la mano derecha; bajó la blusa que se había enrollado por lo abultado de su abdomen y rodó hacia la puerta. Al mismo tiempo, Fanny soltó su libreta y ambas, una rodando y la otra galopando, se dirigieron a la reja que limita la vasta propiedad.
La primera en saludar fue mi secretaria, Fanny recibió a los invitados a lengüetazos y saltitos. La gordis les reiteró la bienvenida y los cinco se encaminaron hacia la fastuosa puerta de entrada.
Estuvimos muy a gusto, recordamos eventos, hicimos proyectos y salimos a recorrer mis dominios, aunque sólo los más cercanos. Para terminar la maravillosa tarde, tomamos un riquísimo y exclusivo brebaje acompañado de bocadillos dulces.
Y como todo lo bueno debe repetirse, indiqué a mi secretaria que agende una nueva invitación para la próxima semana, misma que les hará llegar a la princesa y los archiduques porque ellos llenan de alegría a todos los habitantes de la mansión, en especial a mí… ¡MIAUU!
sábado, 18 de febrero de 2023
LA PRINCESA MARÍA Y LOS ARCHIDUQUES DE PRADOS… ¡MIAU

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario