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lunes, 6 de marzo de 2023

CON ESTE CALORÓN Y MI GORDIS ME ABOCHORNA…¡MIAU!

 



   Despertamos temprano e hicimos lo acostumbrado, yo me alisté y me puse lo más guapo posible porque esperaba la visita de la princesa María por la tarde. 

   Descendí ligero por mis amplias y lujosas escaleras y, como es lo habitual, me encontré a la gordis en la cocina, buscando qué comer.  “Con lo hambrienta que está casi siempre, debo decir al conde Marlon que recoja mis croquetas, no vaya a suceder que en un arranque de apetito desmedido, arrase con lo mío”, pensé con horror. 

   Después de un rato, ya muy linda y alegre, se presentó mi secretaria.  Le pedi me leyera mi agenda del día  y como sólo estaba programada la visita real de la princesa, me estiré y vislumbré un día tranquilo.  Así fue hasta que llegó el sr. Fernández.  Mi secretaria había salido a cumplir con algunos encargos menores en compañía del conde Marlon. 

   Yo estaba en mi habitación real, recostado en mi mullida camota y con el ventilador enfrente, gozando de la vida. 

   Sonó el timbre, dirigí mis peludas orejitas hacia adelante para aguzar mi oído y escuché que se trataba de mi representante legal.  Con preocupación inicial, me alisté para bajar, pero recordé que ahí estaba la princesa y me volví a acostar.

   Bueno, el caso es que de repente escuché que mi gordis dijo algo difícil de creer “Esos del juzgado parecen niños de preescolar o a los de Pensionissste”.  La respuesta de mi representante legal fue una risita. “Creo que no debo confiar en ella, es muy impulsiva, debo recomendarle las actividades que ella proponía en los grupos cuando trabajaba, además de colocar  botanas sobre la mesa siempre que llegue alguien para que tenga la boca ocupada…¡MIAU!. 

  

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