Desperté, con mis enormes y bellos ojos vi el calendario, 8 de marzo, pensé que sería un día como cualquier otro y, por lo tanto, me desperecé, estiré mi peludo cuerpecito al tiempo que abría mi boquita para exhalar un bostezo.
Bajé las escaleras y ví a mi gordis, comía como siempre que no me ve cerca. Yo me dirigí al escondite de mis croquetas e ingerí unas cuantas, después esperé a que apareciera mi secretaria para conocer mis actividades del día, pero fue inútil.
Fanny bajó mucho más tarde y al cuestionarle la razón de su retraso, me ladró que es el Día internacional de la mujer y que hoy iría a la marcha del reino aledaño. “Es que hay muchas mujeres que viven situaciones muy difíciles y quiero apoyarlas porque, creo, no cuentan con las bondades que vivimos aquí, guau”, dijo con indignación y agregó “se debe tomar conciencia del valor de la mujer sin menoscabar la importancia del hombre porque cada uno de los géneros complementan la humanidad”.
Yo sonreí satisfecho, creo que lo que se ha vivido en mi reino desde que Ágata I fue coronada, ha sido positivo pues todos los habitantes de mi palacio vivimos en armonía.
Bueno, ahora que Fanny está en la marcha, yo debo cumplir con sus obligaciones y mando una felicitación a las princesas, a las archiduquesas, a las condesas y a todas las ladies de mi reino y sus alrededores.
¡MUY FELIZ Y FRUCTÍFERO DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER!...¡MIAU!
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