Anoche estábamos todos entusiasmados e inquietos por lo que habíamos escuchado en los noticiarios. Todo había transcurrido en santa paz y, al parecer, la marcha había sido un éxito. Desconocíamos hasta ese momento que alguien del palacio que se halla en el centro de la Ciudad de México expulsó gases muy fuertes, tanto que hicieron llorar a algunas de las marchantes, tampoco se pasó la cancioncita de odio dirigida a la presidente de la Suprema Corte de Justicia. Ese desconocimiento nos permitió tener tranquilidad y confianza en la seguridad de nuestra querida y amorosa Fanny aunque parece que esos actos agresivos y violentos, llenos de ira, no deberían darse en personas “buenas y sabias”.
Cerca de las 22:00horas sonó el timbre acompañado de un ladrido lastimero y mi gordis, que es el Ama de llaves de mi palacio, se dirigió a dar la bienvenida a nuestra querida heroína.
Fanny entró a la enorme sala en un estado deplorable, estaba sucia, sus pelos apelmazadas, los ojos hundidos, la lengua de fuera y sus patas temblaban. Se dirigió al comedor, ahí la esperaban una vasija de plata con leche fresca, un plato extendido lleno de bocadillos de jamón, queso, carne y pollo y, como postre, un plato con dos panecillos dulces. Ella comió con avidez y, mientras saboreaba los bocados, gemía y suspiraba. Atónitos, la observamos en silencio y esperamos a que ella quisiera contarnos lo que había visto en aquel lejano lugar.
Sensible y empática, Fanny nos contó que la situación de muchas mujeres es injusta al máximo, nos habló de las violaciones, los abusos, los golpes, los insultos del que son víctimas, además del abandono gubernamental por la desaparición de guarderías, por la extinción de instituciones de salud para enfermedades femeninas, de las desapariciones y los feminicidios. Conforme ella nos iba narrando, nuestros cuerpecitos se debilitaban y una sensación de tristeza nos inundó a todos los habitantes de esta residencia.
Botitas, que es el más ecuánime de los hermanos, nos recomendó que respiráramos profundo e intentásemos tranquilizarnos porque, a final de cuentas, se trata de los habitantes de otro reino y lo que pudiésemos hacer por ellas sería muy poco. Ya cerca de las 0:00horas nos retiramos para intentar descansar porque hoy tendríamos otro evento importante, llevaríamos a Teresa I a su lugar de descanso en la parroquia.
Teresa I está ahora junto a su amado esposo Carlos y a su mamá y hermano, así que ahora está acompañada, hablando materialmente porque su alma, su espíritu es libre para ir de un lado a otro en compañía no sólo de ellos, sino de las personas y almas que ella decida. De ello hablaré mañana porque ahora está aquí Kahil solicitándome un poco de atención…¡MIAU!
No hay comentarios:
Publicar un comentario