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martes, 21 de marzo de 2023

PRIMER DÍA DE RÉGIMEN DE MI SECRETARIA…¡MIAU!



Ayer nos enteramos que mi secretaria subió de peso, a ella eso no le importa pero a mí sí porque la imagen que se muestra al exterior, a los miembros de la realeza, a mis súbditos y admiradores es fundamental y por eso se debe dar una buena cara y una mejor figura de lo que mi reino de San Juan de Aragón es; y lo más relevante, la importancia de la vitalidad y salud física y emocional de mi querida Fanny, que es mi pata derecha en todas mis obligaciones reales, en el inicio y mantenimiento de relaciones sociales, políticas, económicas, educativas y de los demás ámbitos de la vida de un reino.

   Anoche, al despedirme para subir a descansar en mi acolchonada camota, me despedí de mi gordis quien, al igual que Fanny, come todo el día.  Para no variar, estaba en la cocina y le pregunté a qué hora apagaría las luces de los patios, jardines, bosque y de las habitaciones de la mansión.  Se atragantó, porque se había llenado la boca de nueces.  Tras toser un poco, me miró y dijo que todavía estaría un rato más en el “trajín” de comer y preparar a Fanny una receta proporcionada por Berenice I. 

   Yo subí las escaleras con lentitud, me despedí de mi madre y hermanos, les deseé una buena noche de descanso y me dirigí a mi espaciosa habitación.  Estiré mi cuerpecito, imprimí fuerza en mi regia musculatura, sentí mi pelaje tensarse y relajarse, exhalé un bostezo, me acosté y cerré mis  ojos.  Creo que estaba muy agotado porque casi de inmediato pasé al sueño profundo.

   Hoy, al despertar, hice un ejercicio de memoria y me pregunté a qué hora mi ama de llaves terminó su tarea de ingestión.  Me arreglé, me puse mi bata de seda y descendí las escaleras.  En la cocina estaba mi gordis, bebía de un vaso enorme una mezcla extraña y me dijo: “Esa Fanny no quiere bajar de peso, mi rey.  No ha entendido que debe comer menos y que la receta que preparé ayer para ella es sana, que le provocará una mejor digestión y que además, tiene un sabor exquisito.  De heecho, yo estoy bebiendo un poco de eso, me preparé un licuado”.

   Yo me dirigí hacia donde estaba mi secretaria y le pregunté qué había desayunado y ella ladró: “Nada.  Tere esperaba que yo comiera lo que ella, pero no es pan, ni jamón, ni queso, ni huevo, ni salchichas, ni sopes, ni torta, ¡Guau!”.

   Esto es un problema grave, eso que mi hermosa secretaria esté expuesta a sufrir alguna atrofia ósea debido a su peso es un riesgo potencial, por eso el castigo para los que le han alentado en su afición o adicción a la comida deberán hacer lo mismo que ella: desayunar y cenar sólo la avena con fruta hasta que a mi secre también le agrade…¡MIAU!

 

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