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martes, 20 de junio de 2023

EL IMPERIO, COMO EN CASI TODOS LADOS, HAY INSTITUCIONES EFICIENTES… ¡MIAU!

EN

 


   Ayer mi secre tuvo que hacer una cita para mi gordis,que es mi representante legal ante el imperio.  Yo me he mantenido ajeno a esos menesteres porque mi nobleza y cargo real empañaría el buen funcionamiento de los lugares a donde mis patitas llegasen a rozar el suelo.  

   Cuando voy al antiguo reino de Bosques de Aragón o a los paseos dominicales por mi bosque, las personas se conmocionan al verme, algunos lloran, otros gritan de júbilo, otros me admiran en silencio, hay quienes suspiran de emoción e, incluso, quienes se desmayan.  Esa expresión popular me asusta y halaga, pero sé que se pierde la estabilidad en las actividades individuales y familiares, situación que deseo evitar para mantener el buen funcionamiento al interior de mi reino; algo parecido ocurrió la ocasión en que fui con mi gordis a desayunar en Tiffany´s, ahí fue tal la agitación que causó mi presencia, que la junta que se llevaba a cabo en ese amplio y elegante salón, se vio interrumpida, los amigos de mi gordis se levantaron de sus asientos, me vitorearon y fueron presentándose, uno a uno, ante mí para mostrarme su admiración, respeto y atención, además de reverenciarme.   

   Bueno, regreso al tema principal, Fanny consiguió la hora para acudir el día de hoy al Sistema de Administración Tributaria (SAT).  Yo le dí las indicaciones pertinentes a la viejita, perdón, a Tere para que llevase más documentos de los señalados en la página.  Agregué que debía llevar consigo una tarjeta mía como precaución si es que tuviera alguna necesidad de que le dieran más facilidades; le advertí que enviaría a Superboti, es decir, a mi hermano Botitas que es tierno, dulce y muy, muy fuerte por si tuviesen que cargar cosas pesadas o bien, si es que se suscitara algún conflicto en el imperio

   Hoy desperté, abrí mis hermosos ojos tomasinos y me estiré con una gracia impresionante, saqué mis garritas, las estiré cinco veces para flexibilizarlas y fortalecerlas y así mejorar mi agarre; luego, después de un salto que me colocó en el suelo, lengüeteé mi cuerpecito y lavé mi cara. Este día me tocó usar una bata de seda color verde oscuro, el que le gustaba más a Teresa I. 

   Bajé las escaleras y al llegar a mi amplísima y vasta cocina, no reconocí el lugar, todo en su sitio, no había comida ni trastos utilizados, sólo divisé a una gorda con el cabello recogido que no usaba delantal.

  “?Qué ocurrió durante la noche?”, me pregunté con inquietud, lancé un maullido feroz para asustar a la corpulenta mujer que, al voltear, me dijo con ternura infinita “Buenos días, querido Tommy.  Hoy me arreglé porque voy a ir en tu representación y, por tanto, debo estar presentable.  ¿No he comido bien, Me levanté más temprano y ya desayuné unos huaraches con huevo, dos tlacoyos y para cerrar boca, un pan de dulce con mi café” y agregó “? Quieres que te prepare algo?”.  Yo me negué, la verdad, de haber escuchado todo lo que llevó a su estómago mi gordis, me sentí satisfecho y hasta asqueado.

   Llegó el conde, se acercaba la hora de salir rumbo al imperio y Botitas aún no bajaba porque, al parecer, entrenaba para combatir a los malos del imperio. 

   Al fin salieron todos de mi palacio, Botitas iba impresionante, con sus ojos azules que hacían juego con

su traje de superhéroe, con su capa roja y una sonrisa espectacular; se metió en la bolsa que llevaba el conde.

   Al cabo de tres horas, mis tres mensajeros regresaron, felices y satisfechos.  Mi gordis se dirigió a la cocina, sacó del refrigerador un bote de leche, se sirvió en un vaso y después de dar sendos tragos, me dijo animada: “Querido Tommy, nos fue excelentemente bien.  Yo creo que se debió a la organización del lugar, a la puntualidad y eficiencia de los trabajadores, además de la impactante gatonalidad de Botitas, que agilizó el trámite porque cuando caminábamos por el interior del edificio, Botitas nos abría el paso, con su sola presencia las personas nos dejaban el camino libre mientras le silbaban, aplaudían y lanzaban besos. 

   Yo quiero reconocer que en el imperio hay instituciones lentas e ineficientes, por ejemplo, el ISSSTE pero hay otras como el SAT que lo hacen a la perfección y la atención de sus trabajadores es excelente… MIAU!

 

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