¡Hola! De nuevo estoy en la computadora, es que me encanta y desde que mi hermano me dejó teclear, yo estoy fascinado.
Hoy quiero comentarles que, aunque todos somos consentidos en esta mansión, yo soy quien acapara la atención de mi gordita. Yo le dejo que coma cuanto quiera, no la critico, tampoco digo nada si ella quiere flojerear y si ella quiere quedarse acostada más tiempo, para mí mejor porque yo duermo en sus piernas, que son como un colchón para mí; a veces me dice “Kahil, si ya estás en la cama, no entiendo la razón de que te acuestes sobre mis piernas” y yo finjo dormir, pero la verdad es que disfruto mucho de su suavidad.
Desde la semana pasada, Tere pasa el tiempo haciendo cuentas, creo que son los días que faltan para el cumpleaños de Emilio, pero también el del segundo nacimiento de Teresa I, me refiero al nacimiento como ángel. Sólo faltan 19 días para esa fecha.
Mi gordita ha estado, por lo tanto, muy callada y solamente la veo suspirar y poner ojos de interrogación. Yo tengo poderes y, a través de la expresión de su mirada, descubro lo que piensa, por ejemplo, “?Cómo celebraremos el cuarto aniversario del nacimiento de mi mamá en la otra vida? ¿Qué prepararemos para comer? ¿Quiénes vendrían? ¿Haremos un postre? ¿En qué fecha será mejor hacer la misa? ¿Cómo iremos a la iglesia? ¿Podremos pasar a visitar el nicho?”. Entonces, yo la sigo, camino detrás de ella pero no muy cerca puesto que puede retroceder en su marcha y yo correría peligro.
Hace un rato dijo al conde Marlon que pronto será el aniversario luctuoso de su madre y que deben preparar todo para ese día. Yo no quise entrar en su mente, prefiero que esa celebración resulte una sorpresa para mí. Tampoco quiero inmiscuirme en los planes que tiene para el cumpleaños de Emilio y menos aún, quiero establecer un diálogo con ella para indagar. Me limito, entonces, a mi función básica en mi relación con la gordita, que consiste en acostarme sobre sus piernas, poner caritas tiernas con mis ojitos de raya, acariciar su cara, dejarme cepillar y dormir profundamente con ella, que se siente halagada por la confianza y el gran amor que le tengo…¡MIAU!
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