El lunes me comentó mi gordis qu sir Gerald, mi mentor, consejero y entrenador personal, había amanecido con malestares. Eso es algo insólito en él puesto que se trata de un hombre fuerte y conocedor de muchos aspectos de la vida, por eso lo apreciamos tanto en mi palacio.
Al enterarme dela noticia me sentí abrumado, mi cabecita comenzó a girar, no me refiero al movimiento que puedo hacer con ella gracias a mi gran flexibilidad, sino que percibí que las ideas me daban vueltas, se mezclaban y una confusión enorme pobló mi gran entendimiento. De inmediato, sacudí mi cuerpo, moví mi cabeza hacia todos lados, abrí mucho mis ojos tomasinos y luego, apreté los párpados con fuerza.
Respiré hondo, logré tranquilizarme y cada una de mis ideas, mis bastos conocimientos y sensaciones las logré acomodar. “?Qué es lo que padece?”, pregunté con preocupación mientras mi gordis estaba preparándose unas sincronizadas y yo, que tengo un olfato sumamente exquisito, no me sentí atraído por el aroma del jamoncito. “Al parecer, síntomas de gripe, esperemos que muy pronto se restablezca. No te preocupes mucho, querido Tommy, seguramente se debe al calor a que, por lo tanto, uno busca refrescarse con agua fría y bebidas heladas”.
Las palabras de mi gordis me dieron confianza, certeza de que en muy pocos días sir Gerald estará como siempre, fuerte, sano y con mucha energía para brindarme sus consejos y transmitirme sus habilidades…¡MIAU!
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