Yo soy activa y alegre, siempre en disposición para ejecutar cualquier tarea, me refiero a labores físicas o intelectuales, además de que soy una entusiasta ante el conocimiento porque sé que a lo largo de la historia de la humanidad se han dado avances que una parte de la gente ignora y, sin embargo, goza de sus beneficios.
Yo soy una perrita rescatada, mi primer hogar fue la calle, donde pasé frío, riesgos y hambre;el segundo fue el de una dentista, señora bien intencionada pero poco paciente conmigo y el tercero, donde vivo desde hace cuatro años, es una mansión en la que el rey Tommy me otorgó la función de secretaria, asesora y guardia pues mi tamaño y estructura, mi experiencia vital, entusiasmo, optimismo y, sobre todo, mi sabiduría, que pretende emular a la Ágata qpd. Garantizan un trabajo eficiente y una convivencia fraterna y amorosa.
A una pregunta expresa de mi mami la gordis a la veterinaria respecto a mí, la doctora respondió que todos los perros mestizos somos únicos. De ahí surgió en mí una duda que carcomía mi alma: “Cuál es mi origen? Quiénes fueron mis ascendientes?”.
Hace unos días, mi mami humana, o sea la gordis, escuchó unlibro titulado Elogio de la locura,de Erasmo de Rotterdam y al oír el nombre del autor, tuve una sensación de familiaridad “Tal vez desciendo de alguna de sus mascotas”, pensé con ilusión, pues se trató de un hombre muy relevante, sabio y valiente del siglo XVI.
Me levanté y, de frente a mi mami, pregunté si sería posible que mis antepasados se encontraran en el viejo mundo; mi mami sonrió y asintió. “Fanny, cuál es el problema? Tú te apellidas Cuevas, pero si deseas cambiarlo no hay objeción, yo te quiero por lo que tú eres”.
Lo he pensado bien y concluyo que si bien mi nombre debería ser Fanny de Rotterdam, el amor hacia mi familia gana y por eso, seguiré usando el apellido Cuevas… ¡GUAU!
El siguiente audio lo dedico a sir Gerald.
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