Páginas

domingo, 3 de septiembre de 2023

¡7 AÑOS DE VIDA!... ¡MIAU!


   Hoy hace 7 años que Ariel, mi reina madre,nos dio al mundo.  Todos estos años han sido algo muy especial para nosotros, sus hijos y miembros de la realeza gatuna de Aragón.

 


Despertamos muy temprano, pues queríamos disfrutar nuestro cumpleaños, jugar y comer pastel, helado, gelatina y beber una buena copa de leche.

   Ayer mi gordis estuvo muy activa, pues decoró la mansión con globos e imágenes de nosotros que, por cierto, se ven muy bonitas.  Compró serpentinas para que las aventásemos y también algunas latitas de alimento que hace mucho no comíamos. 

   Bueno, pues como dije antes, nos levantamos muy temprano, nos alistamos y vestimos con nuestros mejores trajes, yo intenté ponerme una corbata pero no supe hacer el nudo, entonces pedí el auxilio a mi gordis quien, de inmediato, la anudó y me dio un abracito y un beso.

   Un poco más tarde, cuando estuvimos listos, subimos al carruaje conducido por Fanny quien, con su gorro de chofer, nos miró con alegría y respeto y nos preguntó si ya estábamos listos  para irientras nos acercábamos, comencé a escuchar ovaciones, gritos y aplausos provenientes del arbolado y verde lugar.  Mi corazón intensificó sus latidos mientras nos dirigíamos a nuestro destino.

       Ingresamos al bosque, nosotros bien sentados y muy guapos, saludamos levantando nuestras respectivas patitas, enviamos besos y entornábamos los ojos a los admiradores quienes nos lanzaron flores y soltaban globos que se elevaron al cielo graciosamente,  el viento los movía de un lado a otro en un compás armónico y sutil..

   A nuestro regreso, llenos de felicidad, nos encontramos que en el enorme jardín del palacio había rascadores, árboles con texturas para subir y jugar con listones, estambres y plumas; había muchas pelotas y brincolines.  Asombrados y conmovidos, nos detuvimos ante la invitación a la diversión.  Mi gordis nos dijo: “Chicos, esto es para ustedes y para su mami, que también merece una felicitación.  Diviértanse”.

   Yo pasé de un juego a otro, escalé el árbol varias veces, dí manotazos a los colgantes, salté en el brincolín y terminé muy agotado.

   A mediodía, la hora de comer, mi gordis nos obsequió sendas latitas de filetitos, de las que comía Ágata.  Comí hasta estar satisfecho, degusté los filetitos que, uno a uno, me proporcionaron una satisfacción indescriptible.  Luego, descansamos un rato porque había que esperar la hora del pastel.

   Mientras nosotros dormíamos plácidamente, mi gordis nos preparó un delicioso pastel de atún, lo adornó con aceitunas y  dejó caer, de manera caprichosa, muchas diminutas botanitas en forma de peces. 

   Más tarde, recibí una serie de llamadas, pero la más emotiva fue la de sir Gerald, quien me reiteró su cariño inmenso. 

    Al llegar la hora de partir el pastel, todos estábamos muy contentos, mi gordis dijo que no era bueno soplar las velitas porque podemos contagiarnos, así que nos alistamos para la foto y, sonrientes, pusimos nuestras patitas sobre el mango del cuchillo y procedimos a partir los pedazos...

 .

 

    Al terminar con la comilona pastelera, nos dirigimos de nuevo a mi enorme jardín, ahí continuamos la diversión acompañados por la música de Alexa.

   Ya muy noche, cuando mi gordis caía de sueño, nos despedimos de ella y quedamos en el jardín para  agotar las horas que aún nos faltaban para terminar el día de nuestro cumpleaños… ¡MIAUU!

Mis agradecimientos estóicos.

Agradezco a la vida por las experiencias negativas y afectivas que me ha brindado, agradezco por el contento que me produce la evolución favorable de sir Gerald, agradezco por la comunicación con los cumpleañeros de hoy que son mi hermana Gabriela y mi amiga Arcelia; agradezco por la motivación intrínseca, agradezco por todo lo que hay a mi alrededor y finalmente, agradezco por estar aquí.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario