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miércoles, 6 de septiembre de 2023

EN TIEMPOS DE INCLUSIÓN A LA DIVERSIDAD, PARA CERRAR CON BROCHE DE ORO… ¡MIAU!

 



   Desde ayer por la tarde comenzó el ritual, el conde dio un retoque al descolorido cabello de mi gordis, le arregló las cejas, limó y barnizó las uñas de ella y las de mi reina madre,  de las mías, recortó, limó y afiló;, yo quedé fascinado, mis garritas tienen ahora su color natural,  pero con una apariencia magnífica y, con el filo, puedo asirme de mi árbol pero no me atoro al dar los pasos., ¡yupiii!

   Por la noche, nos despedimos antes de lo acostumbrado en mi palacio, nos acomodamos en nuestras respectivas camas para levantarnos más temprano que nunca.  Aún no amanecía, todo estaba silente y calmado, no se escuchaban ruidos de motores en la avenida y, desde esa hora, dio inicio el proceso de transformación, sobre todo el de mi gordis que, a pesar de tantos menjurjes, no logra disimular su edad ni su esférica figura.

   Yo me bañé, lavé muy bien mi carita y orejas, alisé mi pelo, revisé mi dentadura para quitar cualquier residuo de alimento y apreté mis ojos para que las pestañas se abrieran más, me coloqué un saco de seda de color café con vivos dorados.  ¡Me veía guapísimo!,

   “Las 7:00”, dijo mi gordis, “Vamos a meditar un poco y a pensar en lo malo que nos puede ocurrir, por ejemplo, que haya demasiado tráfico o que no nos dejen pasar al evento”.  Ambos escenarios los imaginé y pregunté qué pasaría si alguno de ellos se hiciese realidad.  Mi gordis contestó: “Tommy, si no nos dejan pasar, entonces nos vamos con la princesa María a desayunar a otro lado; la ventaja de ello consistiría en que nosotros pudiéramos elegir lo que desayunaremos”.  Yo sonreí e, internamente lo deseé porque no tenía idea de lo que nos darían y si es que ofrecerían un desayuno.

    A las 7:30 llegó Elenita, amiga de mi gordis que también iría a recibir la medalla Rafael Ramírez; unos minutos después, sonó el timbre de mi mansión, Fanny abrió la puerta y entró la princesa María. 

   Yo me introduje en la bolsota de mi gordis y abordamos el auto.  Llegamos unos minutos después de la hora, había algo de tráfico y, en el trayecto, fui escuchando la plática amena, anécdotas, de las maestras que iban a recoger el premio por los tantos años de servicio.

    Una fila inmensa, muchas maestras formadasiban avanzando y, al llegar a la entrada, detuvieron a mi gordis para decirle que había una lista de “maestros con discapacidad que vienen con un acompañante”.  Mi gordis y la princesa se apartaron de la fila, Tere dio sus apellidos para luego, estoy seguro que la lista era muy corta o que no la revisaron, decirle: “No está en la lista”.

   Mi gordis, molesta pero moderada, afirmó que en la DGARH le habían dicho que podía asistir con un acompañante y sin más, dio las gracias por la inclusión.  Yo me sentí desconcertado y orgulloso, es que mi gordis solía ponerse furiosa ante estos desplantes de discriminación.  Sin embargo, sí dijo algunas palabrotas pero ya no con furia, sino con tristeza porque lleva más de la mitad de su vida enfrentando situaciones similares que, afortunadamente y desde que estamos en mi reino, casi no ocurren.  Es que soy tan buen rey, que procuro que las experiencias y situaciones fluyan de manera natural, sin poner obstáculos a la diversidad… ¡MIAUU!

 

Mis conclusiones.

   Desafortunadamente, aún existe la discriminación pues con acciones como la mencionada, se hacen distinciones entre las personas.  Si bien se hizo una lista para señalar a las personas que podríamos o necesitaríamos ir acompañadas, esto no es un acto de deferencia porque no se hace el registro puntual. 

   Por mi parte, me siento ofendida y me pregunto la razón por la que se aparta a las personas cuando carecen de un sentido pero sí poseemos el sentido común, la capacidad de pensamiento y acción.

 

Mis agradecimientos estóicos.

Agradezco por el control que mostré hoy ante el hecho de discriminación vivido, agradezco por la oportunidad de expresar mis emociones y sentimientos con moderación, agradezco por tener la capacidad de pensar, agradezco por mi vida, agradezco por la ataraxia o serenidad que estoy a punto de lograr, agradezco por mis seres queridos y agradezco por el día de hoy.  

 

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