SÉNECA, ¡OLÉ!... ¡MIAUUU!
Hoy estoy muy feliz, es que sir Gerald está de nuevo en circulación y eso me inspira para platicar sobre el gran orador, escritor, filósofo, mentor y político de origen español y cuya vida activa en materia política, literaria, filosófica y pedagógica fue ejercida mayoritariamente en Roma.
Lucio Anneo Séneca nació en el año 4 en Córdoba, España, el asma que sufría lo hacía vulnerable y débil de salud “Mmmh”, pensé, “Debió ser un niño muy flaco y esmirriado por eso de las enfermedades”..
Desde muy joven, se mudó a Roma, lugar enel que fácilmente logró escalar en los puestos legislativos pues era un gran orador, además de brillante político. Su actividad en la política romana abarcó los reinados de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, quien lo sentenció, por segunda ocasión, a muerte; también fue tutor o mentor de Nerón, hijastro del emperador Claudio e hijo de la segunda esposa del emperador llamada Agripina.
Como en la mayoría de las élites, las intrigas eran muchas y los castigos, ejemplares. Durante el reinado de Claudio, éste casó en primeras nupcias con Valeria Mesalina, una joven pariente que,, además de hermosa, era muy coqueta. Mesalina tuvo muchos amantes y, al parecer, Séneca se mencionó entre ellos, por lo que Claudio lo había condenado a la muerte. Agripina, que formaba parte de la familia imperial, intervino y logró convencer a Claudio para que solamente lo exhiliaran. El retiro de la vida pública de Séneca se prolongó durante ocho años.
Mesalina fue ejecutada por órdenes de Claudio debido a que la infidelidad de ella fue evidente y casó nuevamente con Agripina, quien propuso a Claudio llamar a Séneca para dar mayor prestigio a su reinado a través de la asignación del cargo de tutor para el pequeño Nerón, hijo de ella.
Cuando Nerón había cumplido 17 años de edad y en complicidad con su madre Agripina, envenenaron al emperador Claudio, esto con el objetivo de que Nerón asumiese el cargo de emperador y tras él reinaba Agripina.
Una nueva intriga, llegó a los oídos del joven Nerón que su vida corría peligro, había una confabulación en su contra en la que se le daría a beber un líquido tóxico y que el autor de ese crimen sería Séneca. El despiadado joven ordenó matar al cordobés.
Cuando Séneca se enteró de la sentencia de muerte proclamada por el emperador romano, intentó acabar con su vida cortándose las venas de las muñecas y las piernas, pero fue en vano; el segundo intento fue bebiendo cicuta, pero tampoco lo logró, así que solicitó lo llevasen a los baños de vapor para morir asfixiado.
Ante la lectura de tantas injurias, intrigas, crueldades e intentos de crímenes, me sentí abrumado, no recuerdo fechas, pero sí sucesos. Me parece que la vida en los imperios son un verdadero asco, “¡Qué bueno que el mío es un reino pequeño y que no soy pretencioso, con lo que tengo aquí, basta y sobra!”
Después de escuchar tantas vicisitudes, me pregunto cómo habrá hecho Séneca para darse tiempo y dedicar horas a sus reflexiones y escritos morales, éticos y filosóficos.
Séneca abrazó el estoicismo, la vida sencilla y aunque parezca contradictorio debido a los cargos que ocupó, él afirmaba que la riqueza no debe utilizarse para la ostentación sino para cubrir las necesidades básicas, afirmaba que la vida no es corta sino que el tiempo que se vive no es aprovechado puesto que solemos perderlo en cosas que no tienen importancia, apelaba al buen comportamiento y, además, era vegetariano… ¡MIAU!
Mis agradecimientos estóicos.
Agradezco por mi familia y amigos que lograron transformar mi tristeza en fortaleza el día 30 de agosto, agradezco por la comidita de hoy, agradezco por haber acompañado a mi gordis a la primaria y disfrutar de una mañana muy placentera con sus amigotas, agradezco por las pláticas nocturnas con mi tío y, finalmente, agradezco por el restablecimiento de nuestro queridísimo Gerardo.
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