Hoy domingo estoy compungido, es que mi secre me abandonará. No me había planteado antes la vida sin alguno de los imprescindibles de mi mansión, así que la noticia de que Fanny se me va es algo doloroso que nubla mi perspectiva hacia el futuro de mi reino.
Fanny es mi pata derecha, su alegría y ahínco son fundamentales en nuestro vivir cotidiano, sin ella la vida sería aburrida, silenciosa, carecería de aliento para continuar con mi función de liderazgo real. Fanny me ladró convencida: “Tommy, ya no quiero ser secretaria de este reino” Yo respiré hondo y contuve las lágrimas, fue una noticia que se asemejó a un pisotón en la cola. “¡Fanny, qué tristeza! ¿Puedo saber cuál es la razón? ¿Mi gordis te tiene abandonada, no comes tus croquetas, no te da agua, no te acaricia, no te habla, no te apapacha lo suficiente? ¿Acaso los paseos con el marqués son más breves? ¿Kahil te ha lastimado? ¿Ya no juegas con Botitas? ¿Te agota el llevar mi agenda y recordarme mis actividades de cada día?”, inquirí con preocupación.
Conforme fui mencionando las funciones que, como mi secretaria real, cumple todos los días, sus ojos se humedecieron. Sin embargo, me ladró resuelta: “Es que quiero buscar otro horizonte, quiero hacer churros para comerlos y vender los que me queden. Me volveré churrera. ¡GUAU!”
Maullé a Tere para informarle lo acontecido con Fanny, sobre las motivaciones que la impulsan a partir. Mi gordis me acarició mientras sonreía, “No hay problema, Tommy. Seguramente ahora está pensando en volverse tamalera”.
Anoche, cuando mi gordis estaba entregada a la pereza sabatina, sonó el timbre; su amiga Nany vino a visitarnos y, como muestra de su afecto, nos trajo una bolsa con churros. Yo, que soy discreto y moderado, contuve la salivación y me limité a dar lengüetazos al aire y tragos el líquido producido por mis pequeñas y bellas glándulas salivales que no dejé salir de mi hociquito, pero Fanny se descontroló. La felicidad que experimentó fue incontenible, dio besos a la amiga de mi gordis, se abalanzósobre las dos, de un salto subió a la mesa y olisqueó el papel que contenía las deliciosas frutas de sartén.
Mi gordis y Nany bebieon una taza de café, respectivamente, mientras comentaban sobre el día de cada una de ellas, reían y escuchaban música. Mientras tanto, mi secre jalaba el brazo derecho de Tere, le indicaba que deseaba devorar el regalo.
Ya más noche nos despedimos del día y nos dirigimos a nuestras habitaciones. Yo dormí casi de inmediato porque, aunque no terminé con los churros, tras dar unos lengüetazos, comí un pedacito de aquel delicioso manjar y hoy en la mañana, Nany nos obsequió un par de tamales oaxaqueños que olían exquisito y a los que Fanny, de nuevo, quiso exterminar… ¡MIAU!
Mis agradecimientos estóicos.
Agradezco por mis seres queridos, agradezco por los 2km recorridos en compañía de Gerardo, agradezco por haber reencontrado a Rosalba, agradezco por las atenciones recibidas de Nany y por su generosa compañía, agradezco por la comida de hoy, agradezco por los momentos vividos y agradezco por este día.
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