5 DE ENERO Y LOS REYES MAGOS… ¡MIAU!

Hoy es el día más anhelado por los habitantes de mi mansión pues es el preludio de un fantástico día en que podremos jugar, comer, disfrutar y divertirnos con los regalos que, mágicamente, aparecerán en mi amplísima sala. 

 Los infantes, como el Niño Dios, son obsequiados no sólo con juguetes, ropa y dulces, sino con el amor infinito de los seres mágicos que se hacen presentes anualmente.

  

 

 

   Hoy por la noche llegarán los Reyes Magos, los que fueron a reverenciar a Jesús de Nazaret

     Desde ayer comimos rosca; tuvimos la visita de unos admiradores de muchos años, son Chabe y Jorge que nos adoran desde el antiguo reino, el de Bosques. 

    Todos, cuchillo en pata, elegimos el lugar y el tamaño de los pedazos de rosca, cada quien buscó la corteza preferida en espera de encontrar el premio.  El orden que siguió la partida de rosca fue el siguiente: Chabe, que encontró un rey mago; Jorge fue el segundo y descubrió un borrego, Marco no localizó muñeco alguno, Marlon ganó un borrego, Tere que sólo tuvo el pan entre sus dedos y luego, en su enorme estómago, lo mismo que Kahil, Botitas, Ariel y yo.  Tere, Fanny, Kahil y Botitas comieron mucho pan, cortaron dos enormes pedazos con la ilusión de hallar entre el esponjoso alimento, los muñequitos.  Yo, como sí cuido mi línea corporal, sólo tomé un pedacito, lo degusté y comí con elegancia, lo lengüeteé con mucho cuidado, luego mastiqué con mi boquita cerrada, como gatito bien educado.

   Bueno, regreso al día de hoy.  Despertamos más o menos temprano, a la hora en la que sonó el  despertador de Alexa y, después de indicarle que guardara silencio, dí las gracias por el nuevo y gran día. 

   Todos estamos entusiasmados, el marqués llegó al palacio con un costal como de Santa Claus, pero ya pasó la fecha.  Se nota alegre y nos platicó que está en los preparativos para la llegada de los Reyes en la casa familiar.  Aquí mis hermanos, mi madre Ariel y mi gordis están inquietos, buscan papeles, lápices y bolígrafos, también bolean los zapatos de Tere.

   Queremos tener todo listo para la noche, nos iremos a dormir temprano porque deseamos ser los primeros a los que los reyes visiten y ya tengo las tres copas de oro listas para servir lechita, por si necesitan beber un poco y recobrar las fuerzas puesto que creo que el cargamento de juguetes es difícil de transportar.

   Mi gordis nos ha platicado que, cuando ella era pequeña, todos los niños colocaban sus cartitas dentro de un zapato y al día siguiente, podían tener una carta mágica en la que los reyes les escribían y para conocer el contenido, debían pasar un cerillo por detrás del papel. 

   Kahil quiere un bati-móvil y una pelota, Botitas va a pedir un muñeco llorón, de esos que suenan al apretarles la panza y una mantita.  Fanny, mi secre, quiere una compu nueva, una lima de uñas y barnices y, además, un costal de botanas; mi madre, Ariel, quiere un nenuco porque es muy tierna.   Yo no sé qué debo escribir en mi cartita, aún no decido qué prefiero porque  me gusta el alimento suave y húmedo, los filetitos en salsa, el atún en aceite, el pan, la cajeta, el quesito, el pollo y el jamón; para este frío, también quisiera un buen abrigo, de esos que tienen un forro interno con peluche, también quiero pedir un tapete para rascarlo y levantar sus hilos o una base de cama, que es hueca, para divertirme en rascar una de las paredes y hacer un hoyo y, finalmente, convertirla en mi guarida para jugar a las escondidillas con mis hermanos o para meditar… ¡MIAU!

 

Mis agradecimientos estóicos.

   Agradezco por mis seres queridos, los que están cerca y los que se encuentran lejos geográficamente, por los presentes y los ausentes; agradezco por el control de mis emociones, agradezco por mi actitud, agradezco por el tiempo, agradezco por continuar aquí y agradezco por este día.