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Mis sobrinos Santi y Dadá, los archiduques de Prados, expresaron hace algunos años que deseaban aprender actuación. Desde ese entonces no he parado de reflexionar sobre el hecho.
Hoy por la mañana pregunté a mi gordis si habían encontrado una escuela, si los infantes pueden representar personajes, las obras en las que participan y, por último, si es posible que nosotros, los de la realeza de Aragón, podamos hacernos estrellas de los tabloides.
“¡Tere, es que deseo ver mi nombre en los espectaculares! Así lograría el éxito total, soy buen rey y si consigo representar papeles de la misma manera en la que lidereo mi reino, sería un gato autorrealizado, ¡Miau!”. Mi gordis dejó de comer, me miró con ternura, respiró hondo antes de decirme que lo de los archiduques quedó en intención porque, según me explicó, se atravesó la pandemia y con ello, se interrumpieron los propósitos que se tenían ya formulados. “Sin embargo, mi querido Tommy, podemos retomar esa idea y proponerla como meta. Voy a consultar con el tío Chucho, cuyo nombre es Jesús y a quien también le decimos Gordito. Él es un excelente actor, además de trapecista y sabe muy bien cómo hacer que perfecciones tu equilibrio e incrementes el riesgo en tus saltos”.
Sentí que la sangre corría con mayor intensidad en mis delicadas venitas por la felicidad, mi pelaje se suavizó más y su brillo se incrementó. La dicha provocó que mi cuerpecito experimentara una expansión tremenda, aumenté de tamaño y volumen casi al doble, pues me imaginé en medio del escenario, recibiéndolas ovaciones del público que permanece de pie, tal y como sucedió hace décadas con la hermosísima tía Imelda, como reconocimiento a nuestras grandiosas actuaciones.
“Si en verdad quieres ser actor, querido Tommy, debes saber que la de los actores es una vida disciplinada si es que quieren alcanzar el éxito. Hay que hacer ejercicio, comer bien, dormir bien y cumplir con los horarios que se requieren en las diferentes puestas en escena. Además, debes aumentar tu permanencia en las reuniones que tenemos, porque casi no te haces presente y los actores, siempre se muestran para que les saquen fotos”.
Quedé reflexionando sobre las palabras de mi gordis. Después, di un salto y maullé para convocar a una reunión urgente. Llegó, en primer lugar, mi secre; luego, los demás, incluso el marqués. Expuse mi proyecto. “Chicos, los reuní para proponerles que tomemos clases de actuación; contamos con el tío Chucho y él nos puede enseñar. A mí, por ejemplo, me gustaría representar al capitán pirata Jack Sparrow”.
La conmoción que se suscitó fue enorme, el archiduque Santi sueña con representar a Harry Potter, Darío quiere interpretar a Peter Pan, Fanny ladró y dijo que deseaba representar a una antropóloga forense, que desea desenterrar huesos para después, analizarlos; mi mami Ariel quiere ser la sirenita, mi hermano Kahil desea actuar como Batman, Botitas desea interpretar a Clarck Kent, el marqués desea actuar como el abogado del Lincoln y Tere, como la nana del conde Pátula.
Ahora, sólo nos queda esperar a que nuestro tío tenga un tiempo para transmitirnos su sabiduría… ¡MIAUUU!
Mis agradecimientos estóicos.
Agradezco por mis seres queridos, los que están aquí y los que ya trascendieron; agradezco por la comunicación con mi primo Jesús Alfredo, agradezco por las enseñanzas afectivas y académicas que me dejó Gerardo; agradezco por mis mascotas, agradezco por continuar aquí y agradezco por este día.
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