Hoy domingo nos despertamos unas horas antes de lo acostumbrado; yo aún estaba adormilado y mi gordis, llena de ímpetu. “Qué le pasará? ¿Habrá soñado con comida y quiere acabar con lo del refrigerador?”, me pregunté con cierto fastidio, porque siempre que despierta temprano comienza con su movimiento irrefrenable de mandíbulas que termina solamente cuando ya acabó con todo.
A mediodía encontró lo que buscaba, el video de nuestro amigo a distancia. El de hoy domingo es un cuento del célebre escritor ruso León Tolstoi (9 de septiembre de 1828 – 20 de noviembre de 1910) titulado La camisa del hombre feliz.
El género utilizado por Lev Nikoláyevich Tolstói es el denominado realismo, las obras que lo colocaron en la cúspide de la literatura universal son Ana Karenina y Guerra y paz. León Tolstói fue nominado para recibir el Premio Nobel de Literatura.
Bueno, no quiero extenderme mucho en la biografía del escritor ruso porque el contenido del cuento que hoy escuchamos es en lo que me quiero centrar. Habla sobre la importancia de la actitud ante la vida y creo, afirmo, opino e ideo que el mantenernos expectantes ante lo que se nos presente y dispuestos a recibir lo que sea con una buena actitud, es semejante a una sombrilla para cubrirnos del sol, unos anteojos para proteger y facilitar la visión, una cobija para alejarnos del frío o un analgésico para el dolor.
Después de que mis orejitas recibieran la amigable voz de Jesús Javier con el contenido de Tolstói, quedé satisfecho. “Soy como el campesino, me siento feliz conmigo mismo y con lo que me rodea, a pesar de haber recibido una buena corretiza y algunos arañazos de Kahil que, sin razón alguna, busca pleitos con nosotros”. Por cierto, mi Tere nos defiende y antes de soltar la perorata de que “no peleen, son hermanos” para terminar rociándonos con el atomizador, con lo que logra distraer a mi aguerrido hermano mientras yo aprovecho para refugiarme sobre mi horno.
Ya me salí del tema y como estoy agotado por lo corrido de hoy, les invito a que escuchen y se deleiten con el video que a continuación les comparto… ¡MIAU!
Mis agradecimientos estoicos.
Agradezco a mis seres queridos, los que están aquí y los que gozan de la vida eterna, por los recuerdos construidos como fruto de la experiencia compartida; agradezco a mis amadísimas mascotas por su dulce compañía, agradezco a Pepe por su consideración y empatía, agradezco por continuar aquí y agradezco por este día.
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