Hoy tomé un diario viejo, de esos que nos sirven para limpiar los vidrios, para recoger desechos del suelo o para intimidar a los perros y educarlos.
Bueno, como dije antes,tomé una hoja de la publicación, me fijé en la fecha, correspondía al día 15 de agosto, miré un poco más abajo y ví un encabezado que llamó mi atención por la cercanía del suceso y por la autora del reportaje que a continuación transcribo.
Aparatoso accidente en las afueras del reino de San Juan de Aragón.
Por Stephanie Francisca Cuevas.
En la avenida X esquina con la calle Z y bajo la tormenta vespertina, la pequeña “Juana N” sufrió un accidente doloroso que resultó en la fractura de una de sus patas.
José N, quien manejaba su auto deportivo guardando las medidas de seguridad pues está consciente, según lo informó a esta reportera canina, de que el pavimento mojado es resbaloso.
José N se detuvo en el cruce antes mencionado y esperó a que el semáforo indicara que podía continuar su camino; al encenderse la luz verde, el individuo pisó el acelerador y escuchó el chillido de la víctima. Frenó bruscamente, el coche se sacudió, el noble pero distraído sujeto bajó del auto e hizo las maniobras pertinentes para sacar a Juana N, a quien llevó con la señora Elena N para brindar los primeros auxilios.
Posteriormente, la herida jovencita fue trasladada a la clínica veterinaria, donde recibió la atención necesaria con la finalidad de superar la fractura, los golpes, la impresión y el dolor físico, para lo cual quedará a cargo de la bondadosa señora Elena y su hijo.
Mis agradecimientos estoicos.
Agradezco a mis seres queridos por su presencia en mí; agradezco a mi hermana Gaby por su valor y fortaleza y pido por su mejora en su estado de salud; agradezco por continuar aquí y agradezco por este día.
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