Desperté temprano, el trinar de las aves y el fresco matutino alegró mis oídos y una profunda aspiración llenó de aire mis pulmones. Abrí mis hermosos y expresivos ojazos, parpadeé un par de veces y luego, tras bostezar para despedir mi sueño, estiré mi cuerpecito. Parado en mis cuatro patitas, me impulsé y salte para caer, de patas, sobre el suelo, justo enfrente del espejo.
Ahí observé la belleza de la vida, estoy completo y puedo expresar mis sentimientos sin temores, aunque sólo con mi gordis, mi reina madre y mis hermanos. No he podido superar el temor y la inseguridad cuando se acercan mis admiradores y estoy solo, me siento indefenso a pesar de saber que cuento con todo un ejército real y una fortaleza interior que me hacen casi invencible.
Durante la noche, mi sueño versó sobre las diferencias entre los animales, no sólo en apariencia, sino en carácter y forma de responder a los otros. Uno cree que la manera de ser individual es la correcta, pero olvida que existen otros que pueden pensar y resolver problemas de manera más eficaz y efectiva, que también hay quienes son más ágiles, hábiles, poseen mayores capacidades y, también, los que cuentan con menores habilidades y que todos ellos consideran que su actuación es la correcta. En fin, me vino a la mente que mi gordis nos platicó que hace años hubo una visita a la unidad en la que ella trabajó, dos mujeres se presentaron y les explicaron la manera de trabajar con el programa Desarrollo de la inteligencia a través del arte y que, además, estaban “enamoradas” de una forma de pensamiento en la que se incluía el término otredad poniendo énfasis al respeto hacia el otro, a su individualidad, sus características y capacidades.
Yo busqué el término y encontré que es una definición de carácter filosófico y sociológico, que se basa no en el yo como ser (muy mencionado en la filosofía),sino en el reflejo del yo, es decir, en el otro, el que no es yo.
Me pareció muy interesante una postura como esa, pero requiere de mi redonda y esponjosa cabecita la absorción de mucho conocimiento. “Mmmh!, tendré que buscar libros y conferencias sobre Lévinas y sus antecedentes de pensamiento”, pensé con intranquila resignación, porque pensaba yo que era sencillo abordar el tema de el otro sin mayor. Esfuerzo, es decir, iba a escribir sobre los demás y lo que saliera de mi ronco pecho, además de mi cerebrito y el movimiento de mis garritas sobre el teclado.
Así , me propongo a escribir, a partir de mañana, sobre el gran filósofo lituano Emmanuel Lévinas (1906 – 1995) quien defndió la tesis de que para conocerse debía uno desprenderse de sí mismo y reconocer al otro, sobre la alteridad y la trascendencia y, sobre todo, del ser para el otro.
Por ahora, me conformaré con compartir un par de canciones del cantautor argentino Alberto Cortez, quien a través de sus letras, nos mostró su forma de percibir la vida… ¡MIAUU!
Mis agradecimientos estóicos.
Agradezco por descubrir todo lo que me hace falta conocer, agradezco por mantener la capacidad de asombro, agradezco por sentirme motivada, agradezco por mis seresqueridos que están conmigo en este mundo y por los que ya no, agradezco por mis mascotas y agradezco por este día.

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