Ayer la gordis tuvo su sesión con una noble,
sensible e inteligente mujer, dice que es su tanatóloga. Esto se ha venido dando desde el teléfono de
mi mami. Bueno, el tema central siempre
ha sido la muerte, que es lo que ha golpeado a últimas fechas a la familia pues
el año pasado sufrimos dos decesos importantes pues las almas de mi mami
elegante, primero, y luego la de mi genial hermano en junio y agosto y, para
concluir, espero, en el mes de febrero,
uno más, el de mi querida tía, abandonaron sus cuerpos.
Desde mediados del año pasado, como
consecuencia de la tragedia familiar, mi mami ha estado diferente: despierta
extremadamente triste y a veces, la veo llorar; conforme van pasando las horas
y gracias a mi sabia y dulce intervención, logro que sonría y platique, que se
muestre entusiasmada y cuando llega la noche, está tan agotada por todo lo que
debe hacer que cae rendida.
Bueno, últimamente le ha dado por pedirme
que le lea o bien, escucha audiolibros.
Recordó hace unas sesiones con su psicóloga, a los llamados “poetas
malditos”. Yo me asusté mucho, pensé que
se trataba de personas-monstruos, es decir, con una apariencia espantosa, que
escupían dagas, que en lugar de manos tenían fuego, que se alimentaban de piedras y que vestían de forma espantosa…
Con mi negra y sedosa cabellera,
sigilosamente por el temor de que alguno de esos sujetos entrase a mis
aposentos, me dirigí hacia la computadora.
Ahí busqué lo que son los poetas malditos y vi, con asombro y
tranquilidad, que fueron cuatro los
escritores exponentes del simbolismo,
movimiento literario a finales del siglo XIX.
Este movimiento fue denominado por Jean Moreau como “enemigo de la
enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción
objetiva”.
“Mmmmh”, pensé
mientras elevaba mis delineadas y largas cejas con la patita derecha alisé mis
bigotes y concluí que debía, además de saber sobre los poetas malditos, sobre
ese Jan Moréu.
Bueno, lo que pude concluir es que el
simbolismo significó el rompimiento con la armonía, lo bello, lo excelso.
Los poetas del simbolismo no sólo alteraron la musicalidad de la poesía, sino transformaron la fuente de inspiración y se asomaron hacia lo olvidado, lo que todos queremos evadir, los terrores y los miedos, lo obsceno y se adentraron al mundo sórdido que comprende, además, parte de la vida. “¡Uff, qué calorón!”, pensé emulando a mi difunto tío Manuel, “¡Esto sí está feo para mí! Yo que soy tan exquisita, elegante, majestuosa, magnífica… Buscaré quiénes fueron sus representantes e intentaré escuchar algo de lo que ellos escribieron”, pensé mientras me acurrucaba y encogía mis patitas para sentirme protegida. Respiré hondamente, para darme valor; debo confesar que para escribir esto me llevé varios días, pues tuve que llenarme de fuerza para enfrentar lo que leí.
Los poetas del simbolismo no sólo alteraron la musicalidad de la poesía, sino transformaron la fuente de inspiración y se asomaron hacia lo olvidado, lo que todos queremos evadir, los terrores y los miedos, lo obsceno y se adentraron al mundo sórdido que comprende, además, parte de la vida. “¡Uff, qué calorón!”, pensé emulando a mi difunto tío Manuel, “¡Esto sí está feo para mí! Yo que soy tan exquisita, elegante, majestuosa, magnífica… Buscaré quiénes fueron sus representantes e intentaré escuchar algo de lo que ellos escribieron”, pensé mientras me acurrucaba y encogía mis patitas para sentirme protegida. Respiré hondamente, para darme valor; debo confesar que para escribir esto me llevé varios días, pues tuve que llenarme de fuerza para enfrentar lo que leí.
Los representantes del movimiento del simbolismo
fueron Arthur Rumbad, Charles Baudelaire, Stephan Mal armé y Paul Valeri. Bueno, escuché algunos de sus poemas. El primer poema que escuché se llama
Bendición, que fue escrito por Charles Baudelaire y que es el primero que está
en el libro titulado Flores del mal. Mientras la voz del declamador iba diciendo
el contenido, sentí que mis ojos se abrían mucho, como si quisieran salir de
sus órbitas y mi cuerpo se fue arqueando al tiempo que mi sedoso y negro pelo
se erizó; “Es terrible”, pensé con tristeza, “¡Pobre hombre!” y detuve el curso
de la voz llena de espanto. Luego,
cuando me hube tranquilizado, regresé a escuchar otros poemas del mismo texto,
me parecieron bellos algunos de los otros poemas. Además, escuché las declamaciones de poemas
de Arthur Rimbaud de su libro Una temporada en el infierno, uno de Valeri y
otro de Malamé.
“¡Cuánta falta me hace mi hermano!”, concluí
con profunda tristeza. “Estoy segura que
solamente él tiene la capacidad de debatir conmigo sobre mis reflexiones en
torno a estos sujetos y la relación que encuentro con los llamados beatniks,
(término inventado por el periodista Herb Caen para referirse a los seguidores
del movimiento beat. En este
movimiento artístico que surgió en los Estados Unidos de Norteamérica en la
década de 1950 y cuyos representantes fueron Jack Kerouak, autor de la novela
En el camino. Otros escritores del
movimiento beat fueron Charles Bukowsky, autor de El cartero, y William Borroughs.
De estos últimos escritores no he leído, en cambio, pregunté a mi cincuentona mami qué sabía y ella pensó mientras elevaba la mirada, tratando de recordar y luego me dijo: “Ágata, eres muy inocente y no debes preguntar sobre esos sujetos; tus lindas orejitas no deben escuchar sus textos. Solamente te puedo decir que en el libro El cartero, que fue el único que leí, hay una sarta de escenas obscenas y que de William Borroughs hicieron una película porque en estado no conveniente, mató a su esposa”.
Quedé atónita, no me atreví a preguntar más. Me retiré a mi librero, uno que está frente al altar de mi mansión en la que están las fotografías de los que sí me responderían y los contemplé largamente, fueron horas las que estuve ahí, intentando obtener respuesta a todas mis dudas. “? Hay algo en común entre el simbolismo y la generación beat? ¿Cuáles serían las diferencias entre ambos movimientos literarios? ¿Por qué las personas rompen con lo establecido en todos los campos de la evolución? ¿Por qué hay personas que para crear se destruyen?”. Desgraciadamente, no encontré a nadie que resolviera mis dudas.
De estos últimos escritores no he leído, en cambio, pregunté a mi cincuentona mami qué sabía y ella pensó mientras elevaba la mirada, tratando de recordar y luego me dijo: “Ágata, eres muy inocente y no debes preguntar sobre esos sujetos; tus lindas orejitas no deben escuchar sus textos. Solamente te puedo decir que en el libro El cartero, que fue el único que leí, hay una sarta de escenas obscenas y que de William Borroughs hicieron una película porque en estado no conveniente, mató a su esposa”.
Quedé atónita, no me atreví a preguntar más. Me retiré a mi librero, uno que está frente al altar de mi mansión en la que están las fotografías de los que sí me responderían y los contemplé largamente, fueron horas las que estuve ahí, intentando obtener respuesta a todas mis dudas. “? Hay algo en común entre el simbolismo y la generación beat? ¿Cuáles serían las diferencias entre ambos movimientos literarios? ¿Por qué las personas rompen con lo establecido en todos los campos de la evolución? ¿Por qué hay personas que para crear se destruyen?”. Desgraciadamente, no encontré a nadie que resolviera mis dudas.
¡SNIF!... Ya será
en mi próxima vida cuando logre saberlo… ¡MIAUUUUUUU!
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