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jueves, 16 de abril de 2020

LAS SESIONES DE LA GORDIS CON LA PSICÓLOGA ESPAÑOLA, EL SIMBOLISMO FRANCÉS, EL MOVIMIENTO BEAT ESTADOUNIDENSE Y MIS DUDAS MEXICANAS... ¡QUÉ LÍO!...¡MIAUUUU!



   Ayer la gordis tuvo su sesión con una noble, sensible e inteligente mujer, dice que es su tanatóloga.  Esto se ha venido dando desde el teléfono de mi mami.  Bueno, el tema central siempre ha sido la muerte, que es lo que ha golpeado a últimas fechas a la familia pues el año pasado sufrimos dos decesos importantes pues las almas de mi mami elegante, primero, y luego la de mi genial hermano en junio y agosto y, para concluir, espero,  en el mes de febrero, uno más, el de mi querida tía, abandonaron sus cuerpos.

   Desde mediados del año pasado, como consecuencia de la tragedia familiar, mi mami ha estado diferente: despierta extremadamente triste y a veces, la veo llorar; conforme van pasando las horas y gracias a mi sabia y dulce intervención, logro que sonría y platique, que se muestre entusiasmada y cuando llega la noche, está tan agotada por todo lo que debe hacer que cae rendida. 

   Bueno, últimamente le ha dado por pedirme que le lea o bien, escucha audiolibros.  Recordó hace unas sesiones con su psicóloga, a los llamados “poetas malditos”.  Yo me asusté mucho, pensé que se trataba de personas-monstruos, es decir, con una apariencia espantosa, que escupían dagas, que en lugar de manos tenían fuego, que se alimentaban de  piedras y que vestían de forma espantosa… 
    Con mi negra y sedosa cabellera, sigilosamente por el temor de que alguno de esos sujetos entrase a mis aposentos, me dirigí hacia la computadora.  Ahí busqué lo que son los poetas malditos y vi, con asombro y tranquilidad, que fueron cuatro los  escritores exponentes del simbolismo, movimiento literario a finales del siglo XIX.  Este movimiento fue denominado por Jean Moreau como “enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva”. 

“Mmmmh”, pensé mientras elevaba mis delineadas y largas cejas con la patita derecha alisé mis bigotes y concluí que debía, además de saber sobre los poetas malditos, sobre ese Jan Moréu.   
   Bueno, lo que pude concluir es que el simbolismo significó el rompimiento con la armonía, lo bello, lo excelso.  

Los poetas del simbolismo no sólo alteraron la musicalidad de la poesía, sino transformaron la fuente de inspiración y se asomaron hacia lo olvidado, lo que todos queremos evadir, los terrores y los miedos, lo obsceno y se adentraron al mundo sórdido que comprende, además, parte de la vida.  “¡Uff, qué calorón!”, pensé emulando a mi difunto tío Manuel, “¡Esto sí está feo para mí!  Yo que soy tan exquisita, elegante, majestuosa, magnífica… Buscaré quiénes  fueron sus representantes e intentaré escuchar algo de lo que ellos escribieron”, pensé mientras me acurrucaba y encogía mis patitas para sentirme protegida.  Respiré hondamente, para darme valor; debo confesar que para escribir esto me llevé varios días, pues tuve que llenarme de fuerza para enfrentar lo que leí. 

   Los representantes del movimiento del simbolismo fueron Arthur Rumbad, Charles Baudelaire, Stephan Mal armé y Paul Valeri.  Bueno, escuché algunos de sus poemas.  El primer poema que escuché se llama Bendición, que fue escrito por Charles Baudelaire y que es el primero que está en el libro titulado Flores del mal.  Mientras la voz del declamador iba diciendo el contenido, sentí que mis ojos se abrían mucho, como si quisieran salir de sus órbitas y mi cuerpo se fue arqueando al tiempo que mi sedoso y negro pelo se erizó; “Es terrible”, pensé con tristeza, “¡Pobre hombre!” y detuve el curso de la voz llena de espanto.  Luego, cuando me hube tranquilizado, regresé a escuchar otros poemas del mismo texto, me parecieron bellos algunos de los otros poemas.  Además, escuché las declamaciones de poemas de Arthur Rimbaud de su libro Una temporada en el infierno, uno de Valeri y otro de Malamé. 

   “¡Cuánta falta me hace mi hermano!”, concluí con profunda tristeza.  “Estoy segura que solamente él tiene la capacidad de debatir conmigo sobre mis reflexiones en torno a estos sujetos y la relación que encuentro con los llamados beatniks, (término inventado por el periodista Herb Caen para referirse a los seguidores del movimiento beat.    En este movimiento artístico que surgió en los Estados Unidos de Norteamérica en la década de 1950 y cuyos representantes fueron Jack Kerouak, autor de la novela En el camino.  Otros escritores del movimiento beat fueron Charles Bukowsky, autor de El cartero, y William Borroughs.  

De estos últimos  escritores no he leído, en cambio, pregunté a mi cincuentona mami qué sabía y ella pensó mientras elevaba la mirada, tratando de recordar y luego me dijo: “Ágata, eres muy inocente y no debes preguntar sobre esos sujetos; tus lindas orejitas no deben escuchar  sus textos.  Solamente te puedo decir que en el libro El cartero, que fue el único que leí, hay una sarta de escenas obscenas y que de William Borroughs hicieron una película porque en estado no conveniente, mató a su esposa”.  

Quedé atónita, no me atreví a preguntar más.  Me retiré a mi librero, uno que está frente al altar de mi mansión en la que están las fotografías de los que sí me responderían y los contemplé largamente, fueron horas las que estuve ahí, intentando obtener respuesta a todas mis dudas.  “? Hay algo en común entre el simbolismo y la generación beat?  ¿Cuáles serían las diferencias entre ambos movimientos literarios?  ¿Por qué las personas rompen con lo establecido en todos los campos de la evolución? ¿Por qué hay personas que para crear se destruyen?”.  Desgraciadamente, no encontré  a nadie que resolviera mis dudas. 

¡SNIF!... Ya será en mi próxima vida cuando logre saberlo… ¡MIAUUUUUUU!

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